¿Hasta cuándo el centenar de rehenes – vivos y muertos – que se encuentran en algún lugar de Gaza serán por fin rescatados a pesar de la pecaminosa indiferencia que el gobierno de Netanyahu les revela?
¿Hasta cuándo los moradores de la Galilea estarán lejos de sus hogares viviendo en estrechos cuartos de hotel desde los últimos ocho meses cuando un destructivo intercambio de explosivos en la frontera apenas ofrece resultado alguno?
¿Hasta cuándo los policías jefaturados por el teo-nacionalista en Ben Gvir revelarán una violenta conducta en contra de las múltiples muchedumbres que exigen la liberación de los rehenes?
¿Hasta cuándo líderes del sector religioso ortodoxo en Israel continuarán predicando que la catástrofe del 7 de octubre ocurrió porque sus víctimas ignoraron a Jehová?
¿Hasta cuándo los sectores temerosos de Dios se permitirán alguna participación en la defensa del país mientras repiten oraciones vestidos con uniformes que recuerdan regímenes adversos a la humana libertad?
¿Y hasta cuándo los padres que observan esta pecaminosa conducta tolerarán esta desigualdad que lesiona la vida y el futuro de sus hijos?
¿Hasta cuándo Yair Netanyahu gozará las playas de Miami con un alto costo moral y financiero para nuestro país? ¿Ya no extraña los pisos y la piscina en la mansión de Cesárea donde sus padres piden tregua a sus cansinas labores?
¿Hasta cuándo los jóvenes militarmente movilizados continuarán combatiendo en todos los frentes a pesar de la dolida incertidumbre en sus hogares y los ascendentes costos humanos y financieros?
¿Hasta cuándo el libre y crítico intercambio de ideas en los medios se verá amenazado por sectores adictos a la extrema derecha nacional-rabínica?
¿Hasta cuándo la Histadrut y los gremios laborales revelarán distancia e indiferencia a los actuales dilemas del país, incluyendo los signos de una severa crisis financiera, absteniéndose de una organizada protesta al sector gubernamental?
¿Hasta cuándo importantes países, empezado por Estados Unidos, revelarán simpatía y comprensión por abrumadores dilemas de Israel a pesar de las crecientes y múltiples objeciones y censura a sus presentes orientaciones?
¿Y cuándo el gobierno de Netanyahu revelará cercanía y gratitud a un Presidente norteamericano que desde su temprana juventud revela adhesión y sostén a los empeños de nuestro país?
¿Hasta cuándo las diásporas conocerán una tolerada convivencia a pesar de las crecientes tensiones ideológicas y militares entre Israel y sus vecinos?
Y, en fin, ¿hasta cuándo podré enhebrar estos llamados merced a la paciencia de esta página y a la decreciente agilidad de mis dedos?
Concedo al lector (a) la respuesta.
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