En las últimas semanas, la oficina del Primer Ministro Benjamín Netanyahu ha estado retrocediendo en privado en su oposición a que personas vinculadas a la Autoridad Palestina participen en la gestión de Gaza después de la guerra contra Hamás, dijeron a The Times of Israel tres funcionarios familiarizados con el asunto.
La oficina de Netanyahu durante meses ha ordenado al sistema de seguridad que no incluyera a la Autoridad Palestina en ninguno de sus planes para la gestión de Gaza en la posguerra, lo que probablemente obstaculizó esfuerzos por elaborar propuestas realistas para lo que se conoce como “el día después”.
A pesar de pronunciarse públicamente contra la idea de que la AP gobierne la Franja de Gaza, diciendo al Canal 14 la semana pasada que no permitirá que se establezca un Estado palestino en el territorio costero y afirmando que “no está preparado para entregar [Gaza] a la AP”, Netanyahu dijo, en un canal afín, que le gustaría establecer una “administración civil, si es posible con los palestinos locales y, con suerte, con el apoyo de los países de la región”.
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Los principales asesores de Netanyahu creen que las personas con vínculos con la Autoridad Palestina son la única opción viable que tiene Israel si quiere depender de los “palestinos locales” para gestionar los asuntos civiles en Gaza después de la guerra, confirmaron dos funcionarios israelíes y uno estadounidense la semana pasada.
“‘Palestinos locales’ es un código para referirse a personas afiliadas a la Autoridad Palestina“, aclaró un funcionario de seguridad israelí.
Según dos funcionarios israelíes, las personas en cuestión son habitantes de Gaza en nómina de la Autoridad Palestina que gestionaron los asuntos civiles en la Franja hasta la violenta toma del poder por Hamás en 2007, y que ahora están siendo examinados por Israel.
La oficina de Netanyahu, según otro funcionario israelí, ha comenzado a diferenciar entre el liderazgo de la Autoridad Palestina encabezado por el presidente Mahmoud Abbas, quien aún no ha condenado públicamente el ataque de Hamás del 7 de octubre que inició la guerra, y los empleados de “nivel inferior” de la Autoridad Palestina que forman parte de instituciones ya establecidas en Gaza que están mejor preparadas para gestionar los asuntos administrativos del enclave.
La probabilidad de que Abbas autorice a estos funcionarios e instituciones a administrar Gaza sin un compromiso israelí de establecer un horizonte político que conduzca a una solución de dos Estados sigue siendo extremadamente baja. Al igual que la participación de los países árabes vecinos en la gobernanza de posguerra o en la seguridad de Gaza, dado que Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Catar, Egipto, Jordania y otros han condicionado su asistencia a un camino viable hacia una solución de dos Estados.
El funcionario israelí explicó que la oposición de Netanyahu a entregar el control de Gaza a la “actual Autoridad Palestina” sigue vigente, pero que podría ser más flexible si Ramallah implementa reformas significativas para abordar mejor la incitación y el terrorismo en su territorio.
Sin embargo, dos fuentes familiarizadas con el asunto dijeron en marzo que la oficina de Netanyahu era reacia a sumarse a una importante renovación de la Autoridad Palestina.
La Casa Blanca ha buscado durante meses recibir un visto bueno de Israel antes de que se implemente la reforma propuesta de la Autoridad Palestina, preocupada de que el rechazo del plan por parte de Jerusalén pueda llevar a los republicanos y algunos demócratas en el Congreso a seguir su ejemplo, socavando así la legitimidad del esfuerzo. en Washington, dijeron estas fuentes.
Netanyahu prometió en repetidas ocasiones no reemplazar “Hamastán por Fatahstán” de Gaza, en referencia a Fatah, partido liderado por Abbas que domina la Organización de Liberación de Palestina.
Los socios de gobierno del primer ministro son significativamente más hostiles hacia la Autoridad Palestina y buscan medidas para provocar su colapso a pesar de las repetidas advertencias del establishment de seguridad israelí.
Netanyahu, sin embargo, se opone a tal resultado, al menos en el corto plazo, ya que la semana pasada su oficina pareció haber filtrado comentarios que hizo durante una reunión de gabinete la semana pasada en los que destacó las “considerables ventajas” de Ramallah para Israel y advirtió que “el colapso de la Autoridad Palestina no beneficia a Israel en este momento”.
El lunes, el Financial Times informó que las FDI están listas para implementar un programa piloto que creará “burbujas humanitarias” para civiles de Gaza no afiliados a Hamás en dos ciudades del norte de la franja.
El plan permitiría que aspectos del control de Gaza se transfirieran a Ramallah y a los Estados árabes moderados, según el informe, lo que parece confirmar la voluntad de Israel de trabajar con la Autoridad Palestina, si bien ha sido recibido con escepticismo por exfuncionarios anónimos y otras personas familiarizadas que hablaron con el Financial Times.
El informe llegó menos de una semana después de que el asesor de seguridad nacional, Tzaji Hanegbi, dijera en una conferencia que el plan de Israel para el “día después” de Hamás comenzaría a implementarse en el norte de Gaza en los próximos días.
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