Soldado de las FDI, luchó en Gaza y ahora lucha por la verdad en los campus universitarios

Sam Fried, un exsoldado de la Brigada de Paracaidistas de las FDI, habló con el Jerusalem Post sobre su regreso a Estados Unidos después de dejarlo todo para defender a Israel el 7 de octubre.

REBECCA SZLECHTER

Cuando Sam Fried regresó a Estados Unidos después de servir en las Fuerzas de Defensa de Israel, enfrentó una nueva batalla: defender a Israel y a su pueblo contra la desinformación y la hostilidad con la verdad y el diálogo.

Fried, originario de Queens, Nueva York, se unió al ejército en 2020 y terminó de servir en los paracaidistas del batallón 890 en 2022. Dejando atrás el ejército, regresó y comenzó su carrera en finanzas con un título universitario. Después de las atrocidades del 7 de octubre, Fried dijo: “Sentí que era mi obligación ser uno de los judíos luchadores de la historia”.

“Aquí estoy con una historia que me tiende la mano y me dice: ‘Ésta es tu oportunidad de defender a tu pueblo'”.

“Siempre me dije a mí mismo que si hubiera estado en la época de los Macabeos, habría sido un Macabeo. Si hubiera vivido en la época de los partisanos que luchaban contra los nazis, habría sido uno de los partisanos. “Y si estuviera viviendo en la época de la liberación de Israel de los británicos, habría sido uno de ellos. La historia me está brindando esta oportunidad, así que obviamente tuve que aprovecharla”.

Poco después de que comenzara la guerra, Fried se reincorporó al mismo equipo de combate con el que había estado durante su servicio activo, pero ahora de reservista, como francotirador. Pasó casi dos meses entre el centro y el sur de Gaza. Luego permaneció en Israel durante cinco meses y regresó a Estados Unidos cuando su equipo fue liberado.

Un volante en un campus contra la gira de conferencias de Fried. (credito: Cortesia)

“Regresé a una América que no reconocía”. Sintió que antes de la guerra del 7 de octubre, antes de regresar a las FDI, había habido una inmensa simpatía hacia Israel.

Anhelando un nivel de satisfacción a su regreso, Sam explicó que aunque había estado en el campo de batalla físico, el ideológico era igualmente importante. “Me correspondía hacer que fuera mi prerrogativa defender a Israel, al pueblo judío y a la humanidad misma en todas las formas posibles”.

Volviendo a su trabajo en finanzas, se unió a esta “batalla ideológica”. Comenzó a asistir a debates, a visitar campamentos y a intentar entablar un diálogo.

“Mis tres pilares fundamentales son empoderar a los judíos, tener un diálogo pacífico y mostrarle a la gente que soy un ser humano al que le importa”.

Contra la turba

Al comenzar su gira universitaria en Queens College, había una turba de más de 200 personas amenazándolo y maldiciéndolo. “Quiero que las contrapartes vengan a escucharme y hablar. Quiero que la gente que está en contra de las FDI escuche lo que tengo que decir. Desafortunadamente, no ha habido espacio para eso”. Habló sobre el hecho de que la multitud se negó a escuchar este discurso y hacer preguntas. Amenazado por estos individuos, Fried tuvo que ser escoltado de regreso por la policía.

“¿Cómo puedes tener paz con personas que te niegan el derecho a existir?”, dice.

Otro caso que mencionó fue un campamento que visitó y que tuvo lugar en el City College, del que es alumno. Fue con la intención de tener un diálogo pacífico y significativo. “Le estoy pidiendo a alguien, alguien que quiera la paz, que venga y hable conmigo”. Ni una sola persona aceptó la oferta. No sólo se negaron a hablar con Fried, sino que le impidieron entrar a un área pública financiada con el dinero de los contribuyentes, incluido él mismo.

Después de uno de los discursos recientes de Fried en Boise, Idaho, la gente llegó al hotel en el que se hospedaba vestida con kefias y sosteniendo martillos y llaves inglesas, en un intento de lincharlo. Hicieron daños al hotel por valor de 10.000 dólares, afortunadamente Fried no estaba allí en ese momento. Desde entonces, tres de las cuatro personas han sido arrestadas. La gente colgó fotografías por toda la ciudad que retrataban a Fried como un villano y un asesino. “Debido a que esta gente está tan en contra de la paz, tengo que seguir adelante”.

Cuando se le preguntó acerca de cómo lidiar con preguntas hostiles y agresivas, Fried respondió: “Es muy simple. Diciendo la verdad. Estamos en el lado correcto de la historia. Estas personas mienten, combinan verdades y revisan la historia. No podemos permitírselo”. Fried dice que se arma de verdad y de historia. Lucha con los hechos.

“La idea errónea más común sobre las FDI es que queremos la guerra. Somos una fuerza de defensa”. Fried espera que llegue un momento en el que la gente esté dispuesta a escuchar y abierta a la paz.

La historia de Sam Fried es un inspirador recordatorio del coraje que se requiere para defender las propias convicciones frente a la adversidad.

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