El Informe 2023 sobre Libertad Religiosa Internacional del Departamento de Estado de EE. UU. publicado la semana pasada condenó los últimos libros de texto de Catar por incluir material antisemita, citando un estudio de junio de 2024 realizado por el Instituto para el Monitoreo de la Paz y la Tolerancia Cultural en la Educación Escolar (IMPACT-se).
La nación anfitriona del liderazgo de Hamás enseña a los estudiantes tropos antisemitas y rechaza la normalización, a pesar de los encuentros recurrentes de los líderes cataríes con funcionarios israelíes.
El informe anual, utilizado para informar la política exterior de Estados Unidos y visto como una guía autorizada para la libertad religiosa global, destacó el contenido de odio presente en los libros de texto cataríes, y agregó: “Según IMPACT-se, a pesar de algunas mejoras en el plan de estudios nacional de Catar y ciertos libros de texto durante el año escolar 2021-2022, durante 2023, el plan de estudios nacional continuó incluyendo contenidos de naturaleza antisemita”.
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El informe mencionado de IMPACT-se fue publicado recientemente desde su oficina de Londres, donde evaluó los libros de texto del plan de estudios escolar nacional de Catar para el año escolar 2023 a 2024, comparándolos con ediciones anteriores.
El estudio revisó 55 libros de texto y encontró que todo el contenido problemático previamente identificado en los libros de texto cataríes se mantuvo sin cambios desde 2021, lo que también indica que el progreso realizado hasta 2021 se ha estancado, ya que Catar continúa promoviendo la yihad violenta, el extremismo religioso y el contenido antisemita e intolerante en su sistema escolar.
Los ejemplos encontrados en los libros retratan al pueblo judío como materialista, arrogante e inherentemente hostil al Islam, además de manipular cínicamente los asuntos globales. Los estudiantes cataríes que asisten al sistema escolar local aprenden que los judíos no tienen derecho a la autodeterminación y no merecen empatía.
‘Un pecado parecerse a los judíos’
Un libro de texto de educación islámica para estudiantes de octavo grado implica que los judíos son malvados en una lección que se centra en cómo los judíos rechazaron inicialmente a Moisés y a Jesús, y concluye que “nadie es más malvado” que las personas que “han sido invitadas al Islam y lo rechazaron”, refiriéndose a intentos históricos en el Islam temprano de llamar a los judíos a convertirse a la nueva religión traída por el profeta Mahoma.
De la misma manera, a los estudiantes de décimo grado se les enseña a evitar “parecerse” a los judíos como un elemento intrínseco de la adecuada adhesión a la enseñanza islámica, mientras que un capítulo de un libro de texto de historia de undécimo grado sobre la Segunda Guerra Mundial y Mein Kampf de Hitler no menciona el Holocausto judío ni los componentes antisemitas de la ideología de Hitler.
De manera más general, los libros de texto fomentan una narrativa que niega los vínculos históricos judíos con Israel y ofrece una descripción sesgada de la autodeterminación judía como injustificable, racista, cínica y ficticia.
Algunas de las clases presentan inexactitudes históricas y falsificaciones absolutas. Por ejemplo, las lecciones de un libro de texto de Historia del grado 12 describen incorrectamente a los judíos huyendo de Palestina después de la invasión romana en el año 63 a. C., rompiendo sus vínculos históricos con la tierra y promoviendo un estereotipo antisemita de cobardía judía. Distorsionan aún más la historia al etiquetar a los antiguos cananeos como “árabes”, en un claro intento de desafiar el carácter indígena judío de la región. La creación del Estado de Israel se describe principalmente como la realización de una conspiración imperialista global destinada a dañar al pueblo árabe, más que como una manifestación del deseo de autodeterminación de otros pueblos.
Santificar la violencia y la Jihad
Mientras tanto, la yihad violenta y la glorificación del martirio siguen siendo una característica destacada, descrita como “la cima del Islam”. En un claro ejemplo, los alumnos de sexto grado aprenden que una “buena” mujer musulmana debe criar a sus hijos “para que amen la yihad” y sacrificar sus vidas, describiendo este tipo de educación como “óptima”. Algunas figuras islámicas a lo largo de la historia son glorificadas por el asesinato de judíos, retratadas como un testimonio importante de su excelencia como seres humanos, y se anima a los estudiantes a derivar de su carácter el valor de sacrificar la propia vida por el Islam.
Esto también es evidente en el contexto de Israel y el conflicto árabe-israelí, que son foco de interés desproporcionado en los libros de texto cataríes. Se emplea una narrativa consistentemente antiisraelí, retratando a Israel y a los israelíes como desprovistos de motivaciones humanas y no merecedores de empatía. La totalidad de Israel, en sus fronteras anteriores a 1967, está etiquetada como “Palestina ocupada”, y se anima a los estudiantes a “no ceder ninguna parte de Palestina” y a rechazar la “normalización en sus diversas formas”, a pesar de los recurrentes e innumerables encuentros de líderes cataríes con líderes políticos, empresarios y periodistas israelíes como el editor jefe de The Jerusalem Post Zvika Klein.
En un ejercicio de un libro de texto en árabe, los estudiantes de octavo grado analizan un poema titulado “Palestina” que insta a los lectores árabes a participar en una yihad violenta y sacrificar sus vidas para defender Palestina y Jerusalén de “los opresores” y “los carniceros”.
Los atentados suicidas con bombas y los actos terroristas de Hamás y otras facciones palestinas durante las Intifadas se describen eufemísticamente como “operaciones armadas” u “operaciones militares” y se presentan como una reacción natural a la actual opresión israelí. Una fotografía del emir catarí Tamim bin Hamad reuniéndose con Ismail Haniyeh, quien dirige el Buró Político de Hamás, está incluida en un libro de texto de historia para estudiantes de grado 12. Si bien este último no está identificado por su nombre, en el pie de foto se lo describe como uno de los “líderes de la acción nacional palestina”.
Esto puede parecer un respaldo tácito a Hamás y, con él, al mismo extremismo religioso y la violencia que impulsaron la masacre del 7 de octubre.
¿De labios para afuera a favor de Occidente?
El plan de estudios antisemita de Catar refleja un antisemitismo similar, la deshumanización de judíos e israelíes, la negación del Holocausto y la glorificación del terrorismo promovidos por el portavoz qatarí Al-Jazeera. A pesar de la política exterior declarada del Estado del Golfo, donde se puede encontrar una condena formal del antisemitismo, críticas al extremismo religioso e incluso apoyo a una solución de dos Estados, el sistema educativo lleno de odio y la variedad de medios de Catar plantean dudas sobre el compromiso del Estado con sus políticas declaradas, o si se trata sólo de palabras para apaciguar a Occidente.
El director ejecutivo de IMPACT-se, Marcus Sheff, dijo: “Es gratificante que el Departamento de Estado haya aprovechado nuestra investigación como una parte importante de este influyente informe anual. Sin embargo, es decepcionante que, al igual que IMPACT-se, el Departamento de Estado concluya que hoy en día se sigue enseñando en las aulas de Catar material problemático que fomenta el antisemitismo y promueve la violencia. A menos que se hagan cambios, parece inevitable que los niños en Catar crezcan desarrollando actitudes de odio ancestrales que esperábamos que se convirtieran en cosa del pasado”.
Arik Agassi, director de operaciones y director de asociaciones globales, añadió: “La persistencia del contenido antisemita y violento en los libros de texto cataríes, a pesar de las mejoras anteriores, indica un estancamiento decepcionante en la reforma educativa. Este contenido no sólo perpetúa estereotipos dañinos, sino que también contrasta con el compromiso público de Catar de combatir la intolerancia y apoyar la paz”.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
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