Haftarot de tamuz. El consuelo en nuestra historia

Estamos acostumbrado a ver la historia como eventos que suceden sin que seamos parte de ella, aquello que le ocurre a otros y no a nosotros. Sin embargo, esto no podría ser más ajeno a la visión histórica que la Torá propone. Pues la Torá al fin y al cabo es una invitación a actuar dentro de nuestra vida aceptando un pasado del cual aún somos parte y cuyo futuro deseamos construir. Empieza con la creación del mundo y el hombre, y continua con nosotros en nuestro presente, con el camino que cada uno de nosotros decide tomar. La Torá lo que nos dice es “escucha” e incluyete en la historia que te voy a contar.

Aceptarse como parte de la historia judía y aceptar ese texto como revelado implica continuar un camino que fue iniciado hace miles de años. Implica tomar la responsabilidad de construir un mundo y una sociedad cuya base sea el amor al prójimo y la espiritualidad. Implica reconocer los principios y las reglas de nuestra tradición como la génesis del mundo y el fin al cual se dirige. Cualquier festividad judía nos ata a un pasado y nos incluye en este continuo que se construye con los siglos. Sin embargo, de entre todas, los ayunos son donde esta característica más se remarca.

En ellos reconocemos nuestro presente a través de identificar el exilio que nos rodea, recordamos nuestro pasado al llorar nuevamente la destrucción del Templo y Jerusalén y nos arrojamos con esperanza hacia el futuro al recordar la Redención y reconocerla como el fin último del hombre al cual queremos aspirar. Nos enseñan a construir una vida bajo las bases de una sociedad que busca la equidad y la espiritualidad. Esto se aprecia más claramente en las haftarot (fragmentos del Tanaj) que leemos durante el Ayuno de Tamuz y los meses posteriores a las Tres Semanas de Luto tradicionales que lo acompañan.

Haftarot

Todas las semanas se lee una porción de Torá de forma pública en al momento de los rezos, así mismo también se lee una porción del Tanaj (el resto del canon bíblico) que la acompaña. A esta porción se le llama haftará. Durante todo el año desde que se lee la porción de Bereshit hasta el Ayuno de Tamuz, las haftarot corresponden en temática a la porción de Torá que es leída. Sin embargo, en cuanto llega el Ayuno de Tamuz la temáticas de la haftarot por el resto del año dejan de relacionarse con las porciones de Torá para aludir directamente a los sucesos históricos que conmemoramos en esa época. Es decir, se leen únicamente fragmentos de los profetas relacionados con la destrucción de Jerusalén o la Redención. Esto tiene un doble propósito, por un lado nos ayudan a reconocer el tiempo del año que estamos viviendo y profundizar en su significado, y por el otro también nos ofrecen consuelo y una base para la teshuva, el mejorar internamente. Por ello, su estructura merece ser señalada.

Estructura de las haftarot

A lo largo de las Tres Semanas se leen haftarot de “reprensión” en las que los profetas advierten a las naciones sobre las consecuencias que negar a D-os tendrá sobre ellas. Tras Tishá B’Av se leen siete haftarot de consuelo y finalmente dos de teshuva. La primera pregunta que surge es por qué esa proporción en la distribución de los temas, ¿por qué son siete haftarot de consuelo y sólo tres de reprimenda? Las respuestas que se dan es que el consuelo de una pérdida importante toma tiempo y que la recompensa de D-os siempre es mayor a su castigo.

Aprendizajes de las haftarot

Otro elemento importante de estas haftarot es que a través de ellas podemos aprender varios de los principios judíos más importantes:

Historia

Nos incluye dentro de una historia al establecer un continuo entre el relato bíblico, la destrucción de Jerusalén y nuestro presente, como se explico a través de la Redención nos da un futuro con el cual soñar y un rol en la construcción del mundo.

Esperanza

La historia que narra es una historia de esperanza porque nos hace ver que ese mundo soñado esa sociedad mesiánica a la cual se refiere en realidad son las bases bajo las cuales el mundo fue hecho. Toda la Torá habla de la relación del hombre con D-os y la construcción del hombre por el hombre a través del camino guiado por la divinidad. Esto es lo que se remarca en las haftarot de consuelo, el lugar hacia el cual nos dirigimos y las bases bajo las cuales ese lugar se sustenta.

Relación

Finalmente las haftarot de reprimenda nos enseñan que en efecto hay una guía sobre la historia, que no creemos en un D-os desentendido del mundo sino que las acciones que realizamos como seres humanos tienen efecto en la realidad y que tenemos la posibilidad de establecer relación con nuestro entorno.

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Aranza Gleason: Aranza Gleason se define a sí misma como una judía en el exilio. Nació con una raíz dividida como sus poetas favoritos; busca y ama al judaísmo, pero como a los personajes que lee, éste, también se le escapa de las manos. Estudió Lengua y Literatura Inglesa en la UNAM y ha trabajado en Enlace Judío desde el 2017. Le gusta leer, viajar y experimentar el mundo de forma libre.