Un soldado en cada hijo te dio. Esta estrofa del himno nacional de México es una realidad en Israel: Ricardo Silva

¿Israel recluta niños para su ejército? El análisis de Ricardo Silva

Hablemos de niños famosos que han participado en batallas. A mediados del siglo XIX Estados Unidos invadió México y en este contexto, ocurrió la cruenta batalla por la toma del Castillo de Chapultepec, que en ese tiempo era Colegio Militar. 

Se les conoce como Niños Héroes a un grupo de cadetes mexicanos que murieron durante ese combate de Chapultepec el 13 de septiembre de 1847.

La historia sólo recuerda a Francisco Márquez y Vicente Suárez de unos 14 años; Agustín Melgar y Fernando Montes de Oca que tenían 18; Juan de la Barrera, 19 y Juan Escutia, 20.

Fuera del discurso oficial, se sabe que estos cadetes habían recibido la orden de abandonar el Castillo de Chapultepec, pero decidieron quedarse y defender el lugar con su vida, junto a más de 800 soldados pertenecientes a diferentes batallones.

No eran tan niños, pero indudablemente su acción fue heroica, eran cadetes y murieron como soldados. 

En Israel ocurre una situación afín

Los jóvenes de Israel, en su mayoría de entre 18 y 19 años cumplen obligatoriamente su servicio militar, pero tras un entrenamiento de unos meses, se convertirán en soldados de combate y serán llamados al frente si así se requiere.

El nombre masah cumtah puede traducirse como “viaje de la boina”. Esta es una dura prueba física en donde los cadetes caminan de madrugada, dependiendo del tipo de unidad, más de 20 kilómetros. Esta marcha la hacen cargando mochilas con casi el 50 % del peso de su cuerpo o llevando camillas a los hombros con peso similar al de una persona herida. Los familiares los esperan en un punto de encuentro, caminan el último kilómetro junto con ellos, celebran en un picnic y cantan el himno nacional al momento en que los soldados reciben su boina con el color de su batallón. Después de la ceremonia, la mayoría de los nuevos soldados van a casa para pasar shabat.

Este es el umbral de cadete a soldado, un abrupto salto de la adolescencia a la vida adulta. Estos jóvenes de entre 18 y 19 años, hace apenas 4 meses dejaban sus estudios de bachillerato o trabajaban sirviendo comida rápida o tocaban música, iban a la playa, tenían una vida como la de cualquier muchacho de su edad en otra parte del mundo. Ellos ahora no tienen tiempo para hacer huelgas estudiantiles como en Europa o Estados Unidos, ni siquiera tienen control de sus horas de sueño. Un número cada vez mayor de mujeres se incorporan últimamente a estas unidades combatientes.

Pero aquí en Israel la realidad es que el país no tiene ejército, es decir, Israel no tiene soldados de carrera como los tiene México, Colombia o Estados Unidos.

Los soldados del “poderoso ejército de Israel” como lo dice la prensa sensacionalista, son estos jóvenes que hacen su servicio militar y al mismo tiempo se entrenan para el combate. Casi tres años después de concluido el servicio, estarán a disposición como reservistas, si así lo deciden, o harán una vida civil fuera de la disciplina militar.  

La verdadera fortaleza de las FDI es la reserva, es decir, médicos, ingenieros, choferes de autobús, universitarios, maestros de escuela, empresarios, que tiene entrenamiento una vez al año pero no son militares de carrera, su vida la desarrollan en otras actividades. Regularmente, estos ciudadanos deben enfrentarse a extremistas que tienen formación militar 7 por 24.

Un soldado en cada hijo te dio, dice el himno nacional mexicano, en Israel es una realidad sólida.

Es por eso que cuando llegó la invasión de gazatíes  el 7 de octubre del 2023, el país casi se paralizó, porque la mayoría de la fuerza laboral, hombres y mujeres de entre 25 y 40 años, tuvieron que ir al frente de batalla para liberar a los kibutzim tomados por terroristas a lo largo de la frontera con Gaza. 

Los pocos soldados de carrera que hay en las fuerza de Defensa de Israel son varones y mujeres de todos los rangos que trabajan como técnicos, especialistas en comunicaciones e inteligencia, instructores de combate, cartógrafos, personal administrativo y de ordenanza, operadores de computadoras, médicos, abogados y otras tareas similares, además de fuerza aérea y marina regulares.

Israel es un pequeño punto en oriente, más pequeño que Belice, similar al estado de México en tamaño o Tucuman de Argentina. Es una democracia a la europea pero en una región que insiste en construir una realidad feudal. Veamos los nombres de los vecinos, Reino Hachemita de Jordania, República Árabe Siria, República Árabe de Egipto, un poco más abajo Reino de Arabia Saudita. Es por esto que los padres de familia, los políticos y la sociedad en general, damos este apoyo casi medieval a nuestro ejército, encumbrándolos como héroes que con honor llevan a su cargo la tarea de defender este país, su hogar, de la destrucción jurada por sus vecinos.

Ahí donde la política es incapaz de tender puentes o levantar muros, estos jóvenes tendrán que cubrir con acción militar las fallas del mundo civilizado.

Pero lo cierto es que ni los padres, la familia, ni mucho menos ellos, quisieran esta carga sobre sus hombros.

Estos jóvenes entregan lo mejor de su fuerza, su talento y su juventud a batallas que ellos no deciden, a combates que no quisieran tener.

Porque el de Israel no es un ejército de ofensiva, es una fuerza militar de defensa para este minúsculo punto flotando en el universo que los israelíes y el mundo judío llaman hogar.

Ojalá estos sanos y contentos jóvenes, jamás tuvieran que enfrentarse a nadie, porque una vez que se cruza el umbral de la violencia, ya nada es igual.

Muchos regresan mutilados de sus cuerpos, sus mentes o sus espíritus; en una guerra, no todos vuelven. El mundo no necesita más héroes ni condecoraciones al valor.

En tiempos de paz, estos jóvenes regresarán a casa para el shabat dos veces al mes y recibirán de sus padres la bendición sacerdotal decretada en la Torah. La fuente de esta práctica está en Números 6: 23-26: “Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel: «Que Dios os bendiga y os guarde. Que Dios haga resplandecer Su rostro sobre vosotros y os muestre Su misericordia. Que Dios os mire y os conceda la paz.»”.


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