En el mes de mayo, Israel lanzó su ofensiva militar en Rafah a pesar de la oposición de la comunidad internacional. En dicha operación, el ejército israelí no sólo se encuentra eliminando a combatientes de Hamás de la zona, si no que además se han descubierto 20 túneles que conectan la Franja de Gaza a Egipto, por donde la organización terrorista ha recibido armamento y todo tipo de suministros.
Aunado a ello, Israel ha extendido su presencia militar a los 14.5 kilómetros de frontera que hay entre la Franja de Gaza y Egipto, cortando así cualquier posibilidad de que la organización terrorista reciba suministros para defenderse a largo plazo.
Es así como aparentemente Hamás se encuentra contra la espada y la pared, y es sólo cuestión de tiempo para que el ejército israelí elimine por completo la capacidad militar de su enemigo.
Bajo este escenario en el que parece preciso que se defina el seguimiento de la guerra, Benjamin Netanyahu salió de la zona del conflicto por primera vez desde el 7 de octubre, pues viajó a los Estados Unidos.
El primer ministro israelí tiene planeado reunirse el jueves con Joe Biden en Washington DC y el viernes con Trump en Florida.
Hoy Netanyahu dio un discurso en el Congreso de Estados Unidos, en donde habló del apoyo que ha recibido Israel por parte de la administración de Joe Biden, pero también del anterior gobierno de Trump.
La visita de Netanyahu a Washington, junto con el final de la guerra cada vez más cerca, plantea que probablemente se discuta en la Casa Blanca el futuro del conflicto. Teniendo eso en cuenta, el parlamento israelí realizó una votación respecto a la creación de un Estado palestino: los resultados arrojaron 68 votos en contra y 9 a favor.
El rechazo de la Knéset a un estado palestino no es enteramente simbólico. Los miembros del parlamento israelí argumentan que dicha resolución plantearía un peligro existencial para el estado de Israel y desestabilizaría la región. La votación fue duramente criticada por la Autoridad Palestina, la cual llamó a la comunidad internacional a llevar la solución de dos estados a medidas prácticas.
Hoy, Netanyahu hizo patente la promesa que hizo al salir de Israel: “Trataré de afianzar el apoyo bipartidista que es tan importante para Israel, y les diré a mis amigos de ambos lados del pasillo que sin importar a quién elija el pueblo americano como próximo presidente, Israel sigue siendo un aliado fuerte e indispensable de EEUU en el Medio Oriente.”
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