Estados Unidos insta a los países del G7 a ejercer máxima presión sobre Irán para minimizar el ataque

Los países del G7 expresaron su preocupación por una escalada de violencia en la región el domingo cuando Estados Unidos dijo que Irán podría atacar a Israel tan pronto como el lunes.

Los ministros de Asuntos Exteriores de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y la UE emitieron una declaración conjunta en la que decían: “Expresamos nuestra profunda preocupación por el aumento del nivel de tensión en Oriente Medio, que amenaza con desencadenar un conflicto más amplio en la región”.

“Instamos a todas las partes implicadas a que se abstengan de perpetuar el actual ciclo destructivo de violencia en represalia, a que reduzcan las tensiones y se comprometan de forma constructiva a reducir la escalada. Ningún país o nación se beneficiará de una mayor escalada en Oriente Medio”, añadieron los aliados más cercanos de Estados Unidos, según World Israel News.

Su declaración se produjo tras una conferencia telefónica con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, que les había instado a aumentar su presión diplomática sobre Teherán y su principal representante, Hezbolá, para minimizar un esperado ataque de represalia contra el Estado judío.

El martes pasado, un ataque aéreo de las FDI acabó con la vida del jefe del Estado Mayor de Hezbolá de Hassan Nasrallah, Fuad Shukr, en Beirut.

Menos de un día después, una bomba colocada por agentes iraníes que trabajan para Israel explotó en el dormitorio donde dormía el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán, tras la investidura del nuevo presidente de Irán, y también lo mató.

Israel no ha asumido la responsabilidad formal de la muerte de Haniyeh, pero Irán, profundamente avergonzado por el asesinato en su propia capital, culpó inmediatamente a Jerusalén y dijo que tenía que tomar represalias para salvar su honor.

Los mulás han rechazado hasta ahora todos los llamamientos a la moderación, llegando incluso a decir que “no les importaba si desencadenaba una guerra”.

Se supone que intentará un ataque masivo con misiles como el que hizo a mediados de abril, en respuesta a la operación de las FDI que acabó con la vida del líder de la Guardia Revolucionaria de la República Islámica.

Sin embargo, no es necesariamente así, ya que los mulás han sido más cautelosos esta vez en cuanto a cómo se llevará a cabo su venganza y cuáles serán sus objetivos. También podría intentar atacar sitios israelíes o judíos en el extranjero, como ha hecho en el pasado.

El 13 de abril, Irán lanzó más de 300 misiles contra Israel a la vez, incluidos misiles de crucero, pero casi todos fueron interceptados por fuerzas israelíes, estadounidenses, británicas, francesas e incluso árabes como Jordania, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.

El único “éxito” que Irán pudo señalar fue un proyectil que causó daños a una base militar israelí y un niño beduino que resultó gravemente herido por la metralla que cayó, y que recientemente fue dado de alta del hospital.

Hezbolá ha dicho que atacará objetivos civiles y más profundamente en Israel que antes, fingiendo que sus más de 6.700 cohetes y misiles antitanque lanzados sobre la frontera libanesa desde el 8 de octubre en apoyo de Hamás se han dirigido únicamente a sitios militares.

Cientos de casas y negocios en el norte de Israel han sido dañados, si no destruidos, por proyectiles de Hezbolá, y más de dos docenas de civiles han muerto. Doce de ellos eran niños que jugaban en un campo de fútbol en Majdal Shams hace nueve días, un ataque que, según Israel, fue planeado por Shukr y que condujo a su eliminación.

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