El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, enfrentó una ola de críticas de todo el mundo después de declarar que se permite la oración judía en la cima del Monte del Templo tras visitar el lugar, violando el status quo y contradiciendo directamente las propias directivas del primer ministro Benjamín Netanyahu, informó The Times of Israel.
Estados Unidos, la Unión Europea, las Naciones Unidas, Francia, Jordania, Egipto, Catar, Arabia Saudita y otros países condenaron su visita y sus comentarios.
La administración Biden criticó a Ben Gvir, diciendo que sus acciones y comentarios perjudican la seguridad israelí.
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“Sin duda, estamos prestando mucha atención a las acciones y actividades que consideramos que perjudican la seguridad de Israel y contribuyen a una mayor inseguridad e inestabilidad en la región.
“Esas serían las acciones en las que hemos visto hoy la participación del señor Ben Gvir“, dijo el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Vedant Patel, durante una rueda de prensa.
Patel señaló que “incluso la Oficina del Primer Ministro dejó claro que los acontecimientos de esta mañana son una desviación de la política israelí y una desviación del status quo“.
El portavoz dijo que Estados Unidos “apoya firmemente la preservación del status quo histórico con respecto a los lugares sagrados de Jerusalén. Cualquier acción unilateral como ésta que ponga en peligro el status quo es inaceptable”.
Al señalar el delicado momento en que se está produciendo, mientras Israel se está preparando para ataques tanto de Irán como de Hezbolá días antes de que se reanuden las conversaciones para un acuerdo, Patel dijo que la visita de Ben Gvir “le resta valor a lo que creemos que es un momento vital, ya que estamos trabajando para que este acuerdo de alto el fuego llegue a su fin. Le resta valor a nuestro objetivo declarado para la región, que es una solución de dos Estados”.
Ben Gvir, que encabeza el partido Otzma Yehudit, ha abogado durante mucho tiempo por un mayor control israelí sobre el Monte del Templo y el levantamiento de las restricciones a los judíos que rezan allí.
El martes, en medio del ayuno judío de Tishá B’Av, que conmemora la destrucción del Templo, el ministro visitó el lugar junto a un gran grupo de hombres que rezaron y se postraron abiertamente en el lugar, y Ben Gvir compartió un video en el que declaró que “nuestra política es permitir la oración”.
La medida provocó otro repudio más de la oficina de Netanyahu, que dijo que la política en el lugar “está directamente sujeta al gobierno y al primer ministro.
“No hay una política privada de un ministro específico en el Monte del Templo, ni del ministro de seguridad nacional ni de ningún otro ministro”, lo que subraya que “la política de Israel en el Monte del Templo no ha cambiado”.
El martes, la UE también condenó lo que llamó las “provocaciones” de Ben Gvir en el lugar.
“La UE condena enérgicamente las provocaciones del ministro israelí Ben Gvir, quien, durante su visita a los Santos Lugares, abogó por la violación del statu quo”, escribió el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, en X.
La ONU se sumó a las denuncias, calificando la visita del ministro y sus comentarios de “indebidamente provocativos”.
“Estamos en contra de cualquier esfuerzo por cambiar el statu quo dentro de los lugares sagrados”, dijo el portavoz adjunto Farhan Haq.
“La mezquita de Al-Aqsa, como los otros lugares sagrados en Jerusalén, debe dejarse a su suerte y debe ser controlada por las autoridades religiosas existentes para los lugares. Este tipo de comportamiento es inútil y es excesivamente provocador”.
Mientras tanto, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia instó a Israel a respetar el statu quo en el lugar, añadiendo que “esta nueva provocación es inaceptable”.
Catar condenó “en los términos más enérgicos” la visita al Monte del Templo, calificándola de “provocación y flagrante violación del derecho internacional” que puede afectar negativamente a los esfuerzos en curso para alcanzar un alto el fuego en Gaza.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita criticó las “incursiones flagrantes y reiteradas” de funcionarios y ciudadanos israelíes al lugar, mientras que Jordania instó a la comunidad internacional a condenar “firmemente” la visita y Egipto exigió a las potencias mundiales “que desempeñen un papel activo en la lucha contra estas violaciones que agitan las emociones y frustran los esfuerzos para alcanzar un alto el fuego en Gaza”.
Mientras tanto, fuentes de seguridad anónimas dijeron al Canal 12 que han visto un aumento en las amenazas terroristas desde la visita de Ben Gvir al Monte del Templo, y acusaron al ministro de jugar con fuego y arriesgarse a arrastrar a los árabes israelíes al conflicto en curso.
De manera similar, Haaretz citó a fuentes de seguridad israelíes que dijeron que temen que la gestión de la cuestión por parte de Israel profundice la sensación entre los israelíes árabes de que el estatus de Al-Aqsa está en peligro, y los impulse a participar en disturbios públicos, precisamente como Hamás ha estado tratando de hacer, hasta ahora en vano.
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