Si algo el mundo no puede negarle a los judíos (así como los judíos tampoco podemos negarlo del mundo) es el enorme enriquecimiento que ha obtenido a través de nuestra cultura. Así como en la enorme influencia que los principios de la Torá han tenido sobre las sociedades modernas. El Éxodo a lo largo de los siglos fue el relato que los pueblos oprimidos tomaron como modelo para revelarse contra la tiranía de sus opresores y el modelo de una sociedad basada en la libertad y la justicia divina en vez de un rey tiránico. En la antigüedad sirvió para acallar el poderío de imperios y en la época moderna para enfrentar reyes tiránicos.
Muchas de las premisas políticas que tenemos sobre cómo debería gobernarse una sociedad justa o plena aún tienen su raíz en el relato bíblico. Rabbi Sacks Z’’L nos habla de ello en el análisis que hace de parashá Yitro y el momento en que ocurre la Revelación en Sinaí. En dicho ensayo analiza cómo se gesta la idea de democracia y libertad dentro del pensamiento político clásico de Inglaterra, En él enseña que pensadores como Hobbes, Stuart Mill o Tocqueville basaron su pensamiento en los pasajes bíblicos y separaron la noción de una sociedad libre de la que los pensadores griegos plantearon en su momento. Sitúa a la Torá como el centro de la idea de democracia y libertad que cada uno de ellos desarrollo y la par se pregunta cuales son los elementos más importantes de dichos pasajes, cuál es el centro de la libertad política y democracia en la Torá, nos regresa a la Revelación en el Sinaí y señala tres elementos esenciales que se encuentran en la naturaleza de la misma.
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La primera es el límite moral al ejercicio del poder. Antes de crear un sistema político el pueblo entero recibió la Torá y así empezó el primer sistema de la antigüedad que privilegió la noción de un pacto frente a la noción de un poder desmedido. La Torá es un pacto con D-os es la aceptación que un contrato moral con el projimo, con el mundo, con D-os debe existir antes de cualquier sistema que distribuya la fuerza. Cualquier gobernante rompe su derecho a gobernar si no cumple con dicho pacto moral primero, y muchos profetas señalaron la necesidad de rebelión frente a dichos reyes que se creían libres del pacto moral. Es la defensa del derecho por en cima de la fuerza. Completamente opuesto a lo que el gobierno egipcio, del cual escaparon los hebreos, proponía.
El segundo es la idea de consenso frente a cualquier tipo de gobierno. Antes de recibir la Revelación toda la comunidad incluidos mujeres y niños debieron aceptar el contrato de la Torá, y en numerosas ocasiones esto vuelve a ocurrir, en los libros de Esther y Josué por ejemplo nuevamente se remarca que los judíos reiteraron su lealtad a D-os y volvieron a aceptar la Torá. D-os no obliga a ningún pueblo a seguir sus mandatos, para que la libertad exista, todo gobernado debe aceptar sobre sí mismo de forma libre el yugo del gobierno, nadie puede imponer un gobierno sobre otro.
La tercer idea es la inclusión de toda la comunidad en la vida política de la misma. La Revelación ocurrió frente a todos, mujeres, niños, sirvientes, hombres sabios, justos y no tan justos. Les fue a dado a todos y se les incluyo como una parte activa de la comunidad, como seres libres y no en sí súbditos.
Por eso rabbi Sacks Z’’L veía en el Sinaí el nacimiento de la libertad para las naciones del mundo.
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