La ministra de Transporte de Israel, Miri Regev, afirmó este jueves que seguirá adelante con la planificación de una ceremonia conmemorativa estatal para el 7 de octubre, informó The Times of Israel.
Regev desestimó el creciente boicot y las objeciones al evento entre las comunidades fronterizas de Gaza y las familias de los rehenes como “ruido”.
Las declaraciones de Regev provocaron una reacción inmediata de las comunidades afectadas y las familias de las víctimas, que la acusaron de una mayor insensibilidad a su dolor y sus deseos.
En una conferencia de prensa, dijo que cree que el gobierno tiene razón al decidir celebrar una ceremonia estatal y que puede aceptar las críticas que ha enfrentado desde que fue elegida como la encargada de la ceremonia.
“La ceremonia es nuestra ceremonia, como sociedad y como nación. Está destinada a todos, independientemente de nuestros desacuerdos, ira y profundo dolor”, dijo.
“Entiendo a los que están enojados con nosotros, el país, el gobierno, el ejército y las fuerzas de seguridad. Sí, hubo un fracaso masivo, y también tengo preguntas difíciles, pero ya habrá tiempo para eso”, agregó, diciendo que sería “la primera en pedir un comité de investigación” tan pronto como termine la guerra en Gaza.
De todos modos, dijo, es inconcebible que el Estado no celebre una ceremonia para conmemorar el primer aniversario del ataque de Hamás.
“Así como estamos luchando contra Hamás y Hezbolá, luchando para recuperar a los rehenes y luchando para ayudar a los evacuados, el gobierno también ha decidido mantener y honrar la dignidad de las víctimas y la de las familias de esta terrible masacre”, dijo.
Regev, quien ha sido responsable de las ceremonias estatales en los años que ha estado en el gobierno durante la última década, dijo que para ella, la ceremonia es sagrada.
“Estoy acostumbrada a que algunas personas me critiquen. No son muchos, pero desafortunadamente, nunca son felices”, dijo, y agregó que a pesar de las críticas, la ceremonia sería “profundamente emotiva para la mayoría del público que necesita estos momentos para unirse”.
“Así como nos unimos en torno a las ceremonias de Yom Haatzmaut, Yom Hazikaron y Yom Hashoa, también deberíamos unirnos alrededor del 7 de octubre”, dijo.
Regev dijo que no tomó la decisión de dirigir la ceremonia a la ligera y que la vio como un servicio público.
“Estoy dispuesta a aceptar críticas, y estoy siendo criticada desde todas las direcciones por personas que no conocen todos los hechos, y aún así, continúo. Estoy ignorando el ruido y continuaré dirigiendo esta ceremonia con sensibilidad y sabiduría, tal como lo he hecho con ceremonias anteriores”, dijo.
En cuanto a sus planes para la ceremonia, Regev dijo que se centraría en tres valores fundamentales: el recuerdo, el heroísmo y la esperanza.
Regev dijo que, como había recibido ofertas de las autoridades locales para organizar la ceremonia, les había dejado claro que se celebraría en el sur porque allí fue donde ocurrió la masacre.
También se celebrará sin público para evitar ofender a nadie que debería haber estado allí y no fue invitado, considerando que sería imposible sentar a todas las víctimas, sus familias y las personas que lucharon o realizaron actos heroicos el 7 de octubre.
La ceremonia no se transmitirá en vivo, sino que se filmará y televisará más tarde o estará disponible a pedido para no interferir con eventos conmemorativos locales más pequeños que puedan celebrarse el 7 de octubre.
Tras su declaración, Regev enfrentó intensas críticas de las familias de las víctimas y los rehenes, y también de miembros de la oposición, que la acusaron de desestimar sus preocupaciones como “ruido” e ignorar su dolor.
El grupo Familias 7 de Octubre, que también está organizando eventos conmemorativos para el aniversario del ataque, también criticó las palabras de Regev.
“El ‘ruido de fondo’ del que habló la ministra Regev somos nosotros. Las familias en duelo, los residentes del sur y del norte, los soldados de reserva que pagaron y están pagando un alto precio por el 7 de octubre.
“En su discurso, Regev exhibió la desconexión total en la decisión del gobierno de producir una ceremonia desconectada y manipulada pregrabada y editada a un costo de millones de shekels”, dijo el grupo en un comunicado.
“El gobierno debe anunciar que el presupuesto asignado para el evento estatal se transferirá íntegramente a la ceremonia del pueblo, una ceremonia conmemorativa nacional organizada por las familias en duelo y los representantes de las comunidades que fueron desatendidas el 7 de octubre”.
El Movimiento Kibutz agregó que “si alguien necesita una prueba de por qué Regev no es adecuada” para dirigir la ceremonia, “nos proporcionó 10 razones hoy”.
El Foro de Familias de Rehenes acusó a Regev de celebrar la ceremonia sin público por miedo a mirar a los ojos a los afectados por el 7 de octubre.
“El Foro también está ignorando el ruido y sigue trabajando para salvar a los rehenes. Ninguna ceremonia salvará vidas, sólo un acuerdo lo hará. No habrá vuelta a la normalidad ni a las producciones de Regev mientras haya rehenes en Gaza”, añadió el Foro.
Varios Kibutz a lo largo de la frontera se han unido para boicotear la ceremonia planeada, quejándose de que el gobierno los ha ignorado desde el estallido de la guerra y de que su confianza no se ha recuperado después de que el gobierno no haya podido evitar la masacre y los secuestros.
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