Oficiales del Comando Norte de las FDI indican que han detectado preparativos de Hezbolá para una guerra prolongada contra Israel si fracasan las negociaciones para un acuerdo de alto al fuego y liberación de rehenes con Hamás, informó Haaretz.
Según los oficiales, el grupo terrorista aún no ha trasladado sus fuerzas hacia la frontera con Israel, pero se espera que siga atacando mientras continúa la ofensiva en la Franja de Gaza.
El domingo se aprobaron los planes para una ofensiva israelí en el Líbano que incluyen posibles grados de escalada. Los planes, que se revisan casi a diario, también se han presentado al jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzl Halevi, y a los funcionarios del gobierno.
El gobierno no ha aprobado acciones militares en el norte, en parte porque la medida podría interpretarse como una declaración de guerra por parte de Israel. El hecho de que hasta ahora el gobierno no haya declarado la frontera norte de Israel como zona de combate principal también afecta a los preparativos militares para una posible escalada y dificulta la capacidad de las FDI de trasladar sus principales recursos.
Casi un año después de que los residentes del norte de Israel fueron evacuados, su regreso a casa no parece cercano. El gabinete de seguridad no ha establecido oficialmente el regreso de los residentes del norte como uno de los objetivos de la guerra, y la perspectiva de una guerra abierta contra Hezbolá aparece solo implícitamente en los objetivos oficiales establecidos por el gabinete de seguridad.
Recientemente, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha presentado el regreso de los residentes del norte a sus hogares como un objetivo declarado. Durante una conferencia de prensa el pasado lunes, incluso dijo que es uno de los cuatro objetivos de la guerra, y en la reunión del gabinete del domingo, volvió a enfatizar que es un objetivo oficial. Sin embargo, durante una conferencia de prensa para medios extranjeros el pasado martes, no lo mencionó como un objetivo.
“Contrariamente a las declaraciones de Netanyahu, el gabinete de seguridad hasta ahora no ha establecido el retorno de los residentes del norte a sus hogares como uno de los objetivos de la guerra”, dijo el domingo una fuente familiarizada con las deliberaciones del gabinete de seguridad.
En la declaración oficial del gabinete sobre los objetivos, tampoco aparece un compromiso de “devolver a todos nuestros rehenes”, como ha declarado Netanyahu.
Los cuatro objetivos oficiales de la guerra, tal como se establecieron en octubre (y no se han modificado oficialmente desde entonces) son: el colapso del gobierno de Hamás en Gaza y la destrucción de sus capacidades militares; la eliminación de la amenaza del terrorismo que emana de Gaza; un esfuerzo máximo hacia una solución a la cuestión de los rehenes; y la defensa de las fronteras y los ciudadanos del país.
Estos términos sobre la cuestión de los rehenes deja margen de maniobra al gobierno. Y aunque Israel se ha comprometido públicamente con un proceso que llevaría a Estados Unidos y a los demás países mediadores a lograr un acuerdo sobre los rehenes, diplomáticos extranjeros creen que Netanyahu no está interesado en ello, prefiriendo en cambio dificultar el proceso de negociación por consideraciones ajenas, como mantener su coalición de gobierno o la profundización de las operaciones en Gaza.
La administración Biden y los demás países mediadores, Catar y Egipto, estiman que las perspectivas de un acuerdo para la liberación de los rehenes y un alto al fuego en los próximos días son bajas porque ninguna de las partes desea adoptarlo, como dijo un diplomático extranjero. Fuentes israelíes evaluaron que la administración Biden retrasó recientemente la publicación de una propuesta final por temor a que las negociaciones fracasen.
El gabinete de seguridad se reunió el domingo para discutir las negociaciones para un acuerdo de rehenes. La preocupación de las autoridades de defensa es que si el proceso no se concreta, pondría en peligro la vida de los rehenes, dificultaría su liberación en el futuro y aumentaría la perspectiva de que se abra un frente norte y una guerra total.
“El problema no es si existe una decisión oficial en relación con el retorno de los habitantes del norte y de los rehenes o si se trata solo de declaraciones a los medios, sino que los objetivos oficiales están redactados de forma vaga y no van acompañados de una agenda clara de acción”, dijo un funcionario el domingo.
“Está claro para todos que el gobierno está comprometido a devolver a los habitantes del norte a sus hogares y que es imposible concluir la guerra sin una solución sustancial sobre el tema. En la mesa del gabinete, tampoco hay una sola persona interesada en que los rehenes mueran en cautiverio”, señaló.
“El problema dramático es que incluso ahora, a casi un año del inicio de la guerra, ninguno de los objetivos declarados por Netanyahu se han logrado. El gobierno de Hamás no ha colapsado, los rehenes aún no han regresado y no se ha restaurado la seguridad en las fronteras del país, ni en el norte, ni en Judea y Samaria (Cisjordania) ni con respecto a Irán“, dijo la fuente.
A falta de aprobación para una ofensiva en el norte, las FDI están tratando de dañar las capacidades de Hezbolá en la medida de lo posible para lograr una ventaja en caso de una escalada. Las autoridades de defensa creen que Hezbolá tiene dificultades para estabilizar su cadena de mando superior y llenar suficientemente sus rangos de nivel medio. Desde el comienzo de la guerra, las FDI han atacado a los principales comandantes del grupo, desde Fuad Shukr hasta los comandantes de división y brigada, que eran el foco de sus conocimientos.
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