Un tema no resuelto entre los israelíes es la división entre las distintas maneras que existen de vivir el judaísmo. Porque ser judío tiene tantos matices como el pensamiento humano.
Hay quien es judío solo porque sus papás eran judíos, salvo eso no sienten mayor conexión cultural o histórica. Los hay medianamente religiosos, que van a los templos sólo en fiestas mayores como el Año nuevo o Yom Kippur. Hay quienes solo van en Shabat y cumplen medianamente los preceptos. Hay quienes procuran ir al templo todos los días.
También existen los llamados ultra ortodoxos o Haredim que han decidido dedicar todo su tiempo a los preceptos, incluso siendo parte de sus sustento. No tienen televisión, usan teléfonos sin pantalla, con la única función de hacer llamadas para alejarse del materialismo y las tentaciones. Los hombres dedican el tiempo al estudio de la ley y en ocasiones son las esposas las que trabajan para que ellos sigan indagando los secretos de la Torá.
La población judía ultraortodoxa o haredí creció un 509% desde 1979. Según las estimaciones, el número de judíos ultraortodoxos alcanza los 2,15 millones.
Investigadores del Instituto de Investigación de Políticas Haredíes han compilado un informe estadístico sobre el crecimiento demográfico de la comunidad ultraortodoxa (Haredim) en Israel.
La fecha más temprana para la que existen datos razonablemente fiables es 1979, cuando la comunidad ultraortodoxa contaba con unos 212.000 miembros, es decir, el 5,6 % de la población total.
Desde entonces, la comunidad ha crecido un 509 % y hoy cuenta con el 12,9 por ciento de la población total . A modo de comparación, la población general (judíos no ortodoxos y árabes combinados) aumentó un 135 por ciento entre 1979 y 2023. Los haredim 509%
Cuando el Estado judío celebre su centenario en 2048, se espera que sean 21,2% de todos los israelíes.
El tema es que la gran mayoría de estos haredim no quieren hacer ejército, porque desde su interpretación de la Torá, el actual Estado de Israel es un estado no legítimo porque no es religioso, no hay templo en Jerusalem y el verdadero Estado se hará con la llegada del Mesías.
Ir a la guerra a librar batallas no basadas en la Torá les parece ilógico. Aún así, siempre hay chicos haredim que rompen con la familia y el rabino, pues consideran que defender la Tierra de Israel sí es un precepto divino.
Ahora, por primera vez la sociedad israelí entiende que la unión no se logra imponiendo o negando formas de pensamiento. La unión se produce en la identificación de lo que nos une, lo que nos hermana.
Porque todos coincidimos en que tenemos derecho a existir, tenemos derecho a ser judíos sin miedo, en libertad, en cualquier lugar, en todo momento.
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