Anticipo una de mis convicciones en esta hora: las tensiones y dificultades que abruman a Israel desde hace once meses ganarán peso y espacio después de la anunciada muerte de Nasrallah, el líder musulmán que durante más de tres décadas puso a difícil prueba la estabilidad civil y militar de Israel.
Convicción personal que sustancialmente se distancia de la animada reacción pública y política que conmueve a nuestro país en estas horas.
Mi parecer se sustenta en variados cálculos y hechos. La frágil y declinante economía de Israel es uno de ellos. Organismos financieros internacionales ya han señalado sin reservas la creciente fragilidad de nuestra economía debido,entre otras causas, a una abrumadora actividad militar que cumplirá un año en los próximos días. Un hecho que ya implica, entre otros resultados, la ostensible inestabilidad
del shekel, el creciente desempleo y la ampliación de la deuda pública.
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Ciertamente, el errático rumbo de nuestra economía se ve hoy acentuado por un Ministro que apenas entiende los altibajos financieros por su ignorancia del tema y de algún idioma de calibre internacional.
Cabe agregar que a la inestabilidad económica y financiera del país se suma la creciente inestabilidad política como resultado de una coalición gubernamental que apenas representa las inclinaciones e inquietudes de amplios sectores. En este escenario, su poder es legal mas no legítimo.
Por otra parte, las crecientes tensiones entre la familia Netanyahu y algunas figuras del sector militar que incluye al propio ministro de Defensa Yoav Gallant acentúan la inestabilidad gubernamental.
Ciertamente, si Gallant es alejado del cargo se multiplicarán las circunstancias que podrían conducir a un franco debilitamiento del hacer democrático en nuestro país.
A estas circunstancias se suma el creciente descontento de importantes factores, desde Estados Unidos a Francia y Alemania, respecto a la actividad militar del país no solo en Líbano y la Franja de Gaza.
Temen con bien sustentados argumentos que Israel podría alentar en los próximos meses un franco choque con Irán, escenario que eventualmente conducirá a un conflicto militar generalizado en el Medio Oriente. Circunstancias que modelan perspectivas y factores que deben considerarse cuando se señala en nuestro país, con desbordado júbilo, las peripecias militares en Líbano.
En suma: la liberación de los rehenes, el repoblamiento de la Galilea, el sustento de la economía y el alcance de un concertado equilibrio militar en el Medio Oriente son aspiraciones que el gobierno de Netanyahu no debe ni puede ignorar.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío. Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
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