7 de octubre / Israel-Is: sobrevivir para contarlo. Cinco historias estremecedoras en realidad virtual

Enlace Judío México e Israel- Cinco testimonios escalofriantes y a la vez esperanzadores, en realidad virtual, recorren el mundo para contar las historias más atroces del 7 de octubre. Las mentes detrás de este proyecto visitaron México y contaron sus asombrosas historias. 

 

Empatía es ver la vida desde la perspectiva del otro. Y para eso, la realidad virtual es una tecnología muy útil, pues basta colocarse un dispositivo audiovisual en la cabeza para situarse, de golpe, en una posición subjetiva determinada en la que hemos sido arrancados de nuestro contexto, de nuestra comodidad, de nuestra vida ordinaria para, de pronto, ver el mundo desde otra perspectiva.

En este caso, se trata de la perspectiva de quienes sobrevivieron a la masacre que, justamente hoy hace un año, llevó a cabo la organización islamista Hamás, contra la población civil del sur de Israel. Por una iniciativa de la organización Israel-Is, esta experiencia virtual llegó a México y diversas personas pudieron vivirla en las dos semanas previas a esta efeméride.

Nimrod Palmachi

Fue uno de los primeros respondientes en acudir al rescate de una de las comunidades del sur de Israel atacadas por Hamás. Tan pronto como vio las atrocidades que los islamistas habían cometido ahí, supo que el mundo entero tenía que ser testigo de lo que sus ojos veían con estupor. “Vi de primera mano la barbarie, crímenes contra los judíos en general pero, más que eso, crímenes contra la humanidad”.

Palmachi, quien trajo la experiencia virtual a México, participó en una conferencia en un hotel de Polanco, en la Ciudad de México, con la presencia de la embajadora de Israel, Einat Kranz Neiger, el pasado 27 de septiembre. También División Femenina de Keren Hayesod compartió el evento virtual en la hospitalaria casa de Doña Jovita Cojab.

Enlace Judío pudo registrar las declaraciones abiertas de Nimrod Palmachi y luego entrevistarlo. Habló del relativismo moral que parece aquejar al mundo tras el 7 de octubre y dijo que “hay bueno o malo” y nada más que eso, cuando se habla, por ejemplo, de la violencia sexual ejercida por Hamás contra hombres y mujeres durante los ataques del 7 de octubre.

“Después de lo que vi me hice una promesa, la misma promesa que aprendí de otros, de los sobrevivientes del Holocausto: nunca más. Nunca más un judío, con las manos levantadas frente a la maldad. Me di cuenta que esta vez le pasó a Israel pero estos extremistas existen en todo el mundo y tenemos que combatirlos. ¿Cómo? Tenemos que combatir oscuridad con luz. Tenemos que poner más luz en este mundo”.

Palmachi aseguró que, aunque estaba en plena luz del día, aquella mañana del 7 de octubre se encontró a sí mismo en la más profunda oscuridad del mundo, y ahí mismo, junto con su socio, Remo Salman, decidió que la combatiría de alguna manera. Los testimonios de cinco sobrevivientes que integran esta especie de película documental para dispositivos de realidad virtual, fueron su respuesta a la barbarie.

El activista reconoció que no se considera a sí mismo un sobreviviente de los ataques, puesto que él pudo defenderse y combatir contra los atacantes, ya que estaba armado. Pero también su testimonio puede verse en la pieza de realidad virtual que ahora recorre el mundo para que las historias de lo que ocurrió aquella madrugada no se olviden.

“Survived to Tell” o “Sobrevivir para contarlo” es el nombre del proyecto virtual que ahora, un año más tarde, Palmachi y Salman traen a México con la esperanza de despertar en el mundo la conciencia de que el extremismo entraña un peligro real para la civilización occidental. Además de la experiencia presentada en México, se puede consultar en internet material adicional con extensas entrevistas al equipo y a los supervivientes del 7 de octubre.

El héroe beduino

En la conferencia estaba presente también Remo Salman, mitad suizo y mitad beduino, musulmán, casado y padre de tres hijos. Es uno de los 2000 nietos de su abuelo, un líder beduino que se casó con decenas de mujeres y tuvo cientos de hijos. Salman trabaja como investigador en la policía, y pertenece a una tribu beduina de unos 10,000 miembros.

“Mi familia me educó para ayudar a la gente y el 7 de octubre eso fue lo que hice”, compartió Salman con un auditorio que lo escuchaba estupefacto. Pero no fue él sino Palmachi quien explicó lo que el policía beduino hizo hoy hace un año: tomó el auto de una de las víctimas y lo usó para evacuar a 200 personas en múltiples viajes, desde la zona del ataque hasta un sitio seguro.

Esto es heroísmo y esto te muestra la verdadera coexistencia en Israel, y la verdadera conexión entre ciudadanos israelíes, sin importar si son judíos o musulmanes.

A Salman le cuesta trabajo hablar sobre lo sucedido aquel día. Tan pronto como comenzaron a llover cohetes sobre los asistentes al festival Nova, en las últimas horas de la madrugada del 7 de octubre, él comenzó a evacuar a los jóvenes. “Estuve solo durante tres horas”, recuerda, “evacuando a las víctimas”. Su mirada se estanca en algún punto imaginario frente a él. Su voz se tropieza, se atora, no logra fluir. Luego el policía beduino retoma el hilo de su relato.

“A un terrorista le da igual si eres judío, musulmán o cristiano: lo que quiere es matar a tanta gente como pueda. Secuestrar a tantos como pueda y causar mucha destrucción. Ese día vimos a Israel resistir como un grupo, un equipo, una familia, juntos, contra el terror puro, y hacerlo retroceder hasta Gaza”.

Salman recordó cómo, mientras llevaba a algunos chicos del festival hacia una zona segura, una adolescente le gritó desde los matorrales en los que se encontraba agazapada: “Por favor, soy muy joven para morir, llévame contigo”.

Él le prometió que volvería por ella. También a su esposa le prometió que regresaría en una sola pieza a su casa, con sus tres hijos. “Y eso fue lo que hice”.

Salman asegura que el 7 de octubre hubo muchos héroes, “judíos, musulmanes y cristianos. En mi aldea beduina hubo mucha gente que fue a ayudar. Por desgracia muchos fueron asesinados en el camino y algunos siguen secuestrados en Gaza hasta el día de hoy. Yo llegué a mi casa después de 15 horas y no hubo palabras, solo abrazos y llantos. Descansé dos horas, me puse mi uniforme y volví al trabajo”.

Si deseas realizar alguna donación para que “Survived to Tell” pueda llegar a más gente, puedes visitar su sitio web: https://www.israel-is.org/en/survived-to-tell/.

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