El orgullo de ser judío, hoy

Este artículo es políticamente incorrecto para nuestros tiempos.

Señoras y señores, estamos siendo hoy testigos de una hazaña de dimensiones bíblicas: una nación con 8 millones de judíos desafía a la nación iraní chií de 90 millones, más sus satélites: Gaza (2 millones), Líbano (5.5 millones), Yemen (35 millones), además de células terroristas en la propia Judea y Samaria, Siria e Irak, y alguno que otro despistado de Fatah, ISIS y similares que cree que acuchillar a un judío es servir piadosamente a Dios.

La única nación judía del mundo, luchando en siete frentes a la vez y sola, y a diario, limpiando el Medio Oriente de terroristas sanguinarios que están maquinando masacres a lo largo y ancho del mundo.

David contra Goliat. Este es mi pueblo. Esta es la nación judía.

Israel, golpeado en su corazón, enlutado por miles de asesinatos, con cien ciudadanos en las mazmorras de Hamás, humillado por creer en una tregua, se levantó con furia, como un león herido y mostró al mundo lo que sabe hacer.

Irán, quien tiene o pronto tendrá un arma nuclear, tiembla ante el brazo judío que puede alcanzar al enemigo donde quiera que se encuentre. Y el mundo puede decir palabras vacías como “fin del conflicto”o “solución diplomática” porque el mundo no es el pueblo judío en peligro, que ha tenido que luchar, a través de los milenios, para sobrevivir.

La República Islámica de Irán está maquinando, desde su nacimiento, la estrategia del “cinturón de fuego” para destruir a Israel.

Cuando el propósito supremo es la voluntad de Allah, el fin justifica el medio y los seres humanos son peones desechables. Y como Allah, según los islamistas radicales, quiere un califato islámico en el Medio Oriente, Israel es una piedra en su zapato.

Hamás, Hezbolá e Irán han dicho repetidamente que su propósito supremo es la eliminación de Israel. ¿O para qué creen que se están armando hasta los dientes, que están entrenando todos los días, que están adoctrinando a sus soldados? ¿Para atacar a México? Sería ingenuo, por lo tanto, que la ONU y las naciones no tomen en serio sus amenazas.

Sería ingenuo pensar que se puede negociar con alguien cuyo único propósito es acabar contigo.

Nuestra ingenuidad nos costó el 7 de octubre

Irán ha vuelto estados fallidos a países enteros. Países que no han sabido ni podido defenderse ante la brutalidad del terrorismo made in Irán. Líbano, mi país natal, que goza con pocas horas de electricidad al día y donde la basura inunda las calles, esta “Suiza del Oriente” donde los cristianos, quienes antaño gobernaban, han sido vencidos, diezmados y expulsados. Gaza, donde los palestinos deben mendigar sus alimentos a Hamás. Yemen, dominados por los hutíes, un nefasto aliado de Irán.

Pueblos que se sometieron, como se sometieron antes a los turcos, los franceses y a otros.

Israel no puede someterse.

Salió de las cenizas del Holocausto y se tuvo que enfrentar a las cenizas del 7 de octubre para entender que las treguas son tácticas de diversión y las soluciones diplomáticas y los altos al fuego pretextos para rearmarse y reorganizarse.

Al recibir el golpe en las entrañas, con la displicencia del mundo entero, Israel sabe que la estrategia del bueno, del decente, de lo políticamente correcto, no la estaba llevando a ningún lado. La estrategia defensiva de responder cuando lo atacaban había causado que degollaran a sus hijos, violaran a sus mujeres, mutilaran a sus hombres.

Vio el odio en los ojos de sus enemigos, filmado en vivo y a color, vio el furor asesino y entendió:

Son ellos o nosotros

Había que pasar de la estrategia defensiva a la ofensiva.

Y aquí estamos, querido mundo: ustedes, con sus trajes italianos, votando resoluciones para detener a Israel, mientras admiran a esos judíos que están haciendo el trabajo sucio que ustedes no saben hacer. E Israel, poniendo los muertos para detener al terrorismo islámico que tanto daño ha hecho en su mundo.

Y he aquí que surgen las hazañas de esta guerra. “Milagros y prodigios” como los hay en la historia judía. Con el estratagema de los beepers, seguido de los walkie talkies, Israel dejó al mundo anonadado. Siguió la eliminación de Haniyeh en el corazón de Irán. Y la de Nasrallah, en su búnker del Líbano. Entre otras.

El mundo mira, asombrado. La serie “Fauda” quedó atrás. Se superó a James Bond y a “Misión Imposible”. Es un momento histórico, el momento de Israel. Los vengadores van, uno por uno, por los asesinos de sus hijos, por los violadores de sus mujeres, por quienes presumían sus manos ensangrentadas.

No sé que pasará después, pero hoy, hoy, me siento orgullosa de ser judía.


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío. Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío

Comunidad Enlace Judío

¿Nuestro periodismo es importante para ti?
¿Confías en Enlace Judío para una cobertura precisa y oportuna en este momento?
En ese caso, únete a la comunidad Enlace.
A partir de $100.00 MXN al mes, podrás:

  • Apoyar a nuestros periodistas independientes que trabajan las veinticuatro horas del día
  • Ser reconocido como parte de nuestra comunidad una bendición semanal
  • Acceso a contenido exclusivo
  • Acceso a eventos exclusivos, en caso de haberlos
  • Servicio de noticias instantáneas sobre Israel y el mundo judío a tu celular, así como a nuestras transmisiones en vivo.

ÚNETE A NUESTRA COMUNIDAD 👈

May Samra: May Samra Cohen. Directora y co fundadora de www.enlacejudio.com.  Fue durante 20 años editora y directora del Periódico y de la Revista de la Comunidad Maguén David. Es Presidenta de APEIM ( Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México), a la cual pertenece desde 1997. Fue directora de Difusión de la organización Keren Hayesod, y editora del boletín En breve de la Bnai Brith. Premio Instituto México Israel otorgados por el instituto del mismo nombre. Premio Arie Dulzin de APEIM y Premio Ben Gurión, otorgado por  APEIM y la Agencia Judía para Israel.