En medio de la pandemia, en 2021, un grupo de mujeres ideó la concepción de un espacio dedicado a otras mujeres.
Un espacio seguro donde mujeres de la comunidad judía de México pudieran acceder a tratamientos de belleza, hacer ejercicio, tomar cursos e interactuar entre ellas. Todo, a precios accesibles.
Así nació la Casa de la Mujer, en Tecamachalco. La idea de este proyecto fue del rabino Anidjar y la auspiciadora la Sra Jovita Cojab, el ángel de la Comunidad judía de México.
Un gran salón de usos múltiples sirve lo mismo para que las socias hagan ejercicio que para celebrar fiestas como Janucá o Purim. Es al mismo tiempo un cineclub y un salón de eventos para celebrar fechas especiales, como el Día de las Madres. Nos lo muestra Rosa Botton, coordinadorade la Casa de la Mujer, que recibió a Enlace Judío para mostrarnos el recinto y explicarnos para qué se destina cada espacio que lo compone.
“Hay mujeres que vienen con mucho estrés o (preocupadas por) los niños o algo y dicen: ’15 minutos para mí o 20′, y vienen aquí, platican y están muy contentas”. Así lo explica Botton mientras nos muestra una sala de estar que se encuentra a la entrada de la casa. Luego sigue la recepción y la biblioteca, donde las mujeres pueden leer libros de materias diversas, desde Torá y superación personal hasta narrativa de ficción.
Entre las múltiples actividades que se realizan en la Casa de la Mujer, explica Botton, hay clases de Torá, de hebreo, de cómputo, de psicología, talleres de costura y de tejido, clases de educación para los niño y de “intimidad”. Y si a alguna de las mujeres que acuden se le ocurre un tema nuevo, “se busca a los mejores maestros especializados para darles el curso”.
En uno de los salones se imparten cursos y diplomados sobre temas como valores, religión e intimidad, que pueden durar desde una sesión hasta un año. En otro se realizan talleres de corte y confección, maquillaje, automaquillaje, joyería de fantasía, floristería y muchas otras actividades manuales.
La Casa de la Mujer cuenta con un salón de belleza “donde la verdad manejamos casi todos los servicios a precios bastante accesibles para que sea un incentivo para que las mujeres se arreglen, se sientan mejor, se levanten el autoestima y, bueno, seamos más felices”. Al lado se encuentra el salón de faciales. “Usamos puros productos franceses. Tenemos la aparatología… es un salón donde la gente sale feliz.
Yoga, meditación, gimnasia, estimulación temprana para niños, spinning y masajes de todo tipo… Las actividades son en verdad diversas. La Casa de la Mujer cuenta incluso con un salón para depilación definitiva con láser de yodo.
“La casa funciona de 9:00 de la mañana a 8:00 de la noche, pero muchas veces tenemos eventos muy bonitos como Purim, Janucá, que son en la noche… Películas… Eventos que se forman, o ayudamos a muchas instituciones prestándoles el lugar”, por lo que no es raro que haya actividad a deshoras”.
En la Casa de la Mujer se tejen gorros para los soldados de las FDI
Hasta 150 personas acuden diariamente al centro, muchas de ellas atraídas por el taller de tejido que, a decir de nuestra anfitriona, es una actividad que ha crecido mucho y que cuenta con el entusiasmo de muchísimas mujeres.
Referente a ello, “el rabino invitó a la señora Renée Penhos y luego me invitó a mí; juntas hemos llevado este proyecto ya casi cuatro años”, dice Sara Burak. Explica que la vocación original de la casa era ser un espacio donde las mujeres pudieran “distraerse un poco de todo lo del covid y los encierros. Y sobre todo la gente mayor, que se la pasaba sola en sus casas, y se deterioraron emocional y físicamente”.
Sara Burak exhibe ante nuestras cámaras algunos ejemplos de las piezas que se crean en el taller de tejido, y que van desde bolsas y cobijas hasta gorros para los soldados de las FDI. Todo, tejido con materiales de la más alta calidad disponible en el mercado y, sobre todo, con el corazón de las mujeres que se reúnen a darle vida a sus creaciones.
Renée Penhos nos habla más sobre el taller de tejido que dirige. Asegura que el crochet se ha vuelto tan popular que incluso las marcas más caras lo emplean. Asegura que en el taller, las participantes pueden aprender a tejer casi cualquier cosa, y aunque al principio “pueden echar a perder” el material, acaban convirtiéndose en todas unas expertas del gancho y las agujas.
Una casa intercomunitaria
“Esta es una casa intercomunitaria”, explica para terminar Rosa Botton. “Vienen todas las mujeres de todo tipo, grandes, medianas… tenemos muchas mujeres de la tercera edad porque se acomodan en el tejido, en el curso de aplicación mental, en el curso de superación personal; chavitas porque vienen a platicar de intimidad o de educación de los niños… La verdad es que todas las mujeres tienen un lugar en esta casa”.
Si deseas información sobre cómo aprovechar las múltiples opciones que la Casa de la Mujer tiene para las mujeres de la comunidad judía de México, comunícate a la redacción de Enlace Judío (5555060855) y con gusto te la brindaremos.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
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