El texto Cohelet o Eclesiastés en el Tanaj dice “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”.
Todo Israel y las comunidades judías del mundo han construido frágiles cabañas para Sucot, la Fiesta de las Cabañas, que celebramos «viviendo » en una Sucá durante ocho días (en Israel son siete días).
Hay quienes cumplen con el precepto de «vivir» en la Sucá comiendo únicamente durante la festividad y hay quienes, además de comer, también duermen en la Sucá, si el clima lo permite.
El origen y el objetivo de esta obligación está en la Torá misma: «En cabañas morareis durante siete días… para que vuestras generaciones sepan que hice morar a los hijos de Israel en Sucot cuando los saqué de Egipto… » (Levítico 23:42,43)
El Talmud revela que las «Sucot » (cabañas) a las que se refiere son las Nubes de Gloria que acompañaban a los Israelitas durante los 40 años de su viaje por el desierto. Es por eso que el techo de la Sucá debe ser similar a la nube: protege contra el sol pero no contra la lluvia.
¿Qué es, exactamente, una Sucá?
Los elementos básicos son: cuatro paredes hechas de material resistente al viento y un techo hecho de vegetación cortada de su raíz, de una cantidad suficiente como para asegurar que haya más sombra que sol.
Tiene que estar bajo el cielo, sin que haya algo que pueda interferir con la funcionalidad de la sombra del techo de la Sucá misma, ni siquiera con un árbol.
El objetivo de la festividad no es solamente el recuerdo del relato bíblico, lo es también la experiencia, salir de la seguridad de casa y vivir durante una semana a merced de la intemperie, reafirmar nuestra propia vulnerabilidad y dependencia constante de El Creador.
Es entender que en realidad se puede ser feliz con lo mínimo, aún bajo un techo frágil, se puede disfrutar del alimento, la buena compañía de amigos y tener un sueño reparador.
Dice el Eclesiastés “Ven ahora que te probaré con la vida alegre y el placer; mas he aquí que eso también era vanidad”.
La sucá debe sentirse acogedora como un abrazo. Representa el versículo de Cantar de los Cantares (2:6) «…y con su brazo derecho (D-os) me abraza». La festividad de Sucot, que viene en seguida después de Iom Kipur, expresa el hecho que El Creador ha juzgado favorablemente y acoge en su «abrazo».
El Talmud (Sucá, 27b) dice que todos pueden utilizar la misma Sucá. Esto enfatiza el hecho que todos iguales, todos tenemos cualidades pero también somos frágiles y finitos como la Sucá.
Estamos en la fiesta de la alegría, ese es el mandamiento.
El milagro
En tiempos de guerra, qué mejor enseñanza que sabernos frágiles y no por ello inferiores. Disfrutar de los alimentos producidos por la propia mano, tener la capacidad se alegrarnos con la vida simple, las cosas sencillas, una buena charla, alimento y bebida para alagar los sentidos, nutrirse sin exceso, al lado de la persona amada.
Esas cosas en tiempo de guerra son milagros, son una bendición. Es tiempo de agradecer.
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