Más de 1,000 escritores, incluidas las reconocidas autoras Sally Rooney, Arundhati Roy y Rachel Kushner, firmaron un compromiso de boicot a instituciones culturales israelíes que “son cómplices o han permanecido como observadores silenciosos de la abrumadora opresión de los palestinos”, informó Haaretz.
La campaña fue coorganizada por el Festival Palestino de Literatura (también conocido como PalFest), y la publicó en su sitio web el lunes.
“Nosotros, como escritores, editores, trabajadores de festivales literarios y otros trabajadores del libro, publicamos esta carta mientras enfrentamos la crisis moral, política y cultural más profunda del siglo XXI. La abrumadora injusticia que enfrentan los palestinos no se puede negar. La guerra actual ha entrado en nuestros hogares y ha atravesado nuestros corazones. No podemos relacionarnos en conciencia con las instituciones israelíes sin cuestionar su relación con el apartheid y el desplazamiento”, dice la carta.
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Según un comunicado de prensa de PalFest, los firmantes están dispuestos a trabajar solo con editoriales, festivales de libros, agencias literarias y publicaciones israelíes que “denuncian y se distancian del régimen genocida del apartheid de Israel y afirman los plenos derechos protegidos del pueblo palestino bajo el derecho internacional, incluido el derecho al retorno”.
PalFest y otros grupos copatrocinadores, agregaron que investigaron a 98 editoriales israelíes y encontró solo una que cumple estos dos criterios: una editorial independiente llamada November Books.
November Books se describe en su sitio web como una “editorial ideológica” que tiene como objetivo promover voces alternativas que no tienen suficiente presencia en la esfera pública israelí. “Nos esforzamos por promover la plena aplicación de los derechos humanos, de conformidad con los principios del derecho internacional y todas las resoluciones de la ONU, para todos los seres humanos dondequiera que se encuentren, en particular para todos los palestinos, y especialmente para aquellos que viven bajo la ocupación”, se lee en la descripción.
Entre los firmantes de la carta se encuentran una gran cantidad de escritores galardonados, incluida la autora irlandesa Sally Rooney, una crítica de Israel desde hace mucho tiempo, que en 2021 decidió que no publicaría su nuevo libro “Beautiful World, Where Are You?” en hebreo. La editorial israelí que distribuyó sus dos primeros libros, Modan, fue nombrada específicamente en la carta de boicot del lunes.
En ese momento, Rooney escribió sobre su decisión: “Entiendo que no todos estarán de acuerdo con mi elección, pero simplemente no creo que sea correcto para mí, en las circunstancias actuales, aceptar un nuevo contrato con una empresa israelí que no se distancia públicamente del apartheid y no apoya los derechos del pueblo palestino estipulados por la ONU“.
En respuesta a la campaña de cartas, la autora de “Necesitamos hablar sobre Kevin”, Lionel Shriver, escribió un artículo de opinión para The Free Press en el que acusó a los organizadores de intentar intimidar a los autores para que se unan al boicot. “Los escritores solían disfrutar del conflicto, la complejidad, la contradicción, pelearse en el papel o hablar ruidosamente unos a otros en un panel de un festival. Ahora cantamos en un coro unificado”, escribió.
El autor ganador del premio Booker Howard Jacobson y Lee Child, escritor de las novelas de Jack Reacher, también se hicieron eco de las críticas de Shriver. En declaraciones al medio de noticias británico The Times, Child dijo que sus colegas escritores no deberían “atacar a sus homólogos israelíes cuyos corazones todavía están en el lugar correcto”.
Según un informe de The Guardian, Abogados del Reino Unido por Israel (UKLFI), una asociación de abogados que apoya a Israel, envió una carta de protesta a la Sociedad de Autores, la Asociación de Editores y el Gremio de Editores Independientes.
“Este boicot es claramente discriminatorio contra los israelíes. Los autores no imponen condiciones similares a editores, festivales, agencias literarias o publicaciones de ninguna otra nacionalidad”, dice la carta. UKLFI también alegó los riesgos legales que implica participar en el boicot.
En respuesta, el cofundador y actual director de PalFest, Omar Robert Hamilton, dijo a The Guardian que cree que la carta de UKLFI “es notable por su bancarrota moral y demuestra que los apologistas de Israel no tienen nada que decir”.
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