El presidente Yitzhak Herzog, anunció este lunes que concederá la Medalla de Honor Presidencial de Israel a ocho líderes judíos y no judíos, en reconocimiento a sus contribuciones al Estado de Israel y al pueblo judío, informó Arutz Sheva.
En el contexto de la guerra en curso, Herzog eligió a estos líderes por su compromiso inquebrantable con Israel y su apoyo excepcional al pueblo judío durante décadas de esfuerzos, en particular desde las atrocidades del 7 de octubre.
La Medalla de Honor Presidencial de Israel es otorgada por el Presidente del Estado de Israel a aquellos que a través de sus talentos, servicio o cualquier otro medio, han hecho una contribución destacada a Israel o a la humanidad. El galardón fue una iniciativa del noveno presidente de Israel, el difunto Shimón Peres, y se entregó por primera vez en 2012.
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Al asumir el cargo, Herzog nombró un comité asesor, presidido por el profesor jubilado de la Corte Suprema Yoram Danziger, para recomendar candidatos para el premio. Desde entonces, el Presidente ha otorgado la medalla a figuras prominentes en Israel y en el mundo, incluidos Jefes de Estado, importantes figuras sociales de todos los sectores de la sociedad israelí y líderes mundiales y judíos. Esta será la primera vez que las medallas se otorgarán colectivamente a un grupo de líderes judíos y no judíos del extranjero, que han contribuido a Israel y al pueblo judío tanto personalmente como a través de instituciones en todo el mundo, una categoría que también se incluirá en los próximos años.
Los ganadores de la medalla son:
• Ronald S. Lauder (EE.UU.)
• Maurice Lévy (Francia)
• Malcolm Hoenlein (EE.UU.)
• Julie Platt (EE.UU.)
• Sir Frank Lowy (Australia e Israel)
• Sir Trevor Chinn (Reino Unido)
• Brigitte Zypries (Alemania)
• Mark Leibler (Australia)
Herzog informó personalmente a cada destinatario de su selección, en reconocimiento a sus importantes contribuciones al Estado de Israel y al pueblo judío y sus comunidades en todo el mundo.
En sus conversaciones con ellos Herzog dijo: “El año pasado, el más difícil desde la fundación del Estado, puso a prueba nuestra resiliencia como nación y como pueblo judío. Mostró la diversa y hermosa cara de la sociedad israelí y demostró, como siempre hemos sabido y creído, que todo Israel es responsable el uno del otro, que las comunidades judías en todo el mundo y el Estado de Israel comparten un destino común, y que tenemos grandes amigos y partidarios en el mundo que luchan junto a nosotros contra el antisemitismo, defienden el nombre de Israel en los medios de comunicación y han luchado durante mucho tiempo por el lugar de Israel entre las naciones. Su labor y dedicación encarnan este gran vínculo, y el pueblo judío y el Estado de Israel están profundamente agradecidos por todo lo que han hecho y continúan haciendo”.
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