En medio de una investigación en curso sobre el acceso ilícito a información de las FDI y filtraciones por parte de varios sospechosos, un tribunal autorizó este martes la publicación de una investigación policial adicional sobre “incidentes criminales” del año pasado vinculados a reuniones gubernamentales.
Aunque la mayoría de los detalles del nuevo caso siguen bajo secreto de sumario, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu pareció confirmar que la investigación, que ha estado en curso durante unos seis meses, concernía a su oficina, y publicó un comunicado en el que la calificaba de “una expedición de caza sin precedentes contra la Oficina del Primer Ministro en medio de una guerra”.
Anteriormente, un tribunal permitió la publicación del hecho de que la policía estaba investigando “incidentes criminales” relacionados con el inicio de la guerra contra Hamás en Gaza.
“La unidad de investigación Lahav 433 de la policía está llevando a cabo una investigación criminal relacionada con incidentes desde el inicio de la guerra, incluidas varias investigaciones abiertas”, decía el comunicado, añadiendo que no se publicarían más detalles.
Lahav 433 investiga delitos graves, incluida la corrupción pública.
Los reportes indicaron que la investigación está vinculada a acusaciones de principios de año de que Netanyahu había estado tratando de mantener sus conversaciones sobre la gestión de la guerra en Gaza sin rastrear.
La emisora pública Kan informó que la investigación se está llevando a cabo con la aprobación previa de la Fiscal General Gali Baharav-Miara.
La cadena también dijo que la policía está descontenta con el levantamiento parcial de la orden de censura, argumentando que hacer pública la existencia de la investigación conduciría a una “cacería de brujas” a gran escala.
Un comunicado de la oficina de Netanyahu criticó el hecho de que, tras un año de “filtraciones criminales” de conversaciones a nivel gubernamental, “las únicas dos investigaciones que se abrieron estaban dirigidas contra la Oficina del Primer Ministro y no contra los filtradores seriales, ninguno de los cuales fue investigado, y que causaron tremendos daños a los rehenes y a la seguridad de Israel”.
La Oficina del Primer Ministro agregó que “como con los otros intentos de inflar las acusaciones contra el Primer Ministro y su séquito, en este asunto, también, la montaña resultará no ser ni siquiera un grano de arena, sino que ciertamente conducirá a preguntas difíciles sobre la aplicación selectiva sin precedentes e infundada de la ley”.
A principios de este año, el sitio de noticias Ynet informó que altos funcionarios temían que se estuvieran haciendo esfuerzos para editar las actas de las conversaciones en tiempos de guerra mantenidas con Netanyahu después de descubrir discrepancias entre las transcripciones de las reuniones y lo que las figuras habían escuchado en tiempo real.
El informe indicaba que el ex secretario militar de Netanyahu, el mayor general Avi Gil, había alertado a la Fiscal General sobre dicha actividad después de que, según se informa, otros miembros de la Oficina del Primer Ministro se acercaron a él para expresarle sus preocupaciones.
En ese momento, la oficina de Netanyahu negó el informe, calificándolo de “mentira total”.
“Quien esté familiarizado con los procesos sabe que algo así no podría suceder. Todas las discusiones se graban y transcriben por ley y, por lo tanto, su contenido no se puede cambiar”, dijo su oficina.
Según Haaretz, la policía lleva investigando el asunto unos seis meses, tras las preocupaciones que les planteó un exmiembro del personal de la Oficina del Primer Ministro.
La noticia de la investigación en curso se conoció el martes en medio de otro escándalo relacionado con la Oficina del Primer Ministro, en el que supuestamente se robaron sistemáticamente documentos de alto secreto en poder de las FDI y se filtraron a funcionarios del círculo del primer ministro, que filtraron al menos uno de ellos a la prensa extranjera para obtener beneficios políticos.
Durante la semana pasada, cinco sospechosos fueron arrestados como parte del caso que rodea presuntas filtraciones de información clasificada robada con implicaciones para la seguridad nacional.
El domingo, un tribunal autorizó la publicación del nombre del principal sospechoso, Eli Feldstein, un exportavoz de Netanyahu, mientras que cuatro soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel anónimos también fueron arrestados.
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