En Israel, como todo país democrático, caben todas las opiniones, sobre todo las de la prensa. Porque el poder absoluto en un país debe estar bajo vigilancia.
La prensa debe ser ese microscopio, esa bocina que amplifica lo que ocurre en las entrañas del poder y que afecta a los ciudadanos.
El periodista judeomexicano Jacobo Zabludovsky vivió dos Méxicos, uno, cuando costaba la vida pedir cuentas al gobierno y otro cuando se podía ser crítico sin peligro. Jacobo opinó antes de morir:
“Hay otros que hemos aprovechado la posibilidad democrática para ejercer el periodismo en su forma más eficiente, que más lo justifica, que es como crítico del gobierno para establecer un contrapeso frente al poder que dan las leyes. El poder que da la opinión pública debe ser siempre crítico y en esa situación, estamos en una ubicación privilegiada. Comparar lo que podemos hacer ahora y actuar en función de lo que ahora podemos hacer. Esperamos que el futuro sea de democracia más amplia, más firme que ahora”.
Esto viene a relación con el gran escándalo que hay en Israel con el periódico Haaretz, fundado en 1919 y cuyo nombre significa LA TIERRA, que es como los israelíes nos referimos a Israel.
Amos Schoken, editor del medio Haaretz, autodefinido como de izquierda, dijo hace unos días en un evento periodístico en Londres que los miembros de Hamás son “luchadores por la libertad” y pidió sanciones contra Israel.
Días después ofreció disculpas diciendo que el terror de Hamás era inaceptable, pero ya el daño estaba hecho.
Leonid Nevzlin, uno de los propietarios del periódico Haaretz, dijo contra el editor Amos Schoken: “Sus últimas declaraciones son impactantes, inaceptables e incluso inhumanas“, afirmó.
“Lamento que Amos haya aprovechado el escenario nacional para difundir sus puntos de vista personales y extremos“, dijo Nebzlin.
“Me gustaría expresar mi completo desacuerdo con la percepción que Amos Schoken tuvo como editor del periódico de los acontecimientos del 7 de octubre y de la guerra actual y las víctimas del terrible día y de la guerra, los secuestrados y sus familias y toda la nación de Israel”.
“Me uní al periódico Haaretz como socio hace unos 13 años, para ayudar y apoyar al periódico cuando atravesaba un momento difícil. Las palabras de Amos entran en conflicto con los valores del periódico, con mis valores y con los valores de la mayoría de los periodistas y empleados del periódico.
A pesar de las disculpas de Amos, creo que el país está obligado a defender sus valores centrales sin prejuicios, al tiempo que se asegura de no representar sólo a un lado. La verdadera democracia requiere el reconocimiento de todas las perspectivas y el espectro de opiniones, y la transferencia de toda información objetiva. Espero y deseo el regreso seguro de nuestros soldados, la recuperación de los heridos, el regreso de los residentes a sus hogares y, por supuesto, la liberación de todos los secuestrados”.
Amos Schoken también dijo que “lo que está sucediendo ahora en los territorios ocupados y en parte de Gaza es una especie de segunda Nakba”.
Tras las palabras de Schoken, varios ministros del gobierno, encabezados por el ministro de Comunicaciones, Shlomo Karai, anunciaron el cese de la publicidad de gobierno en el periódico Haaretz. El director general del Ministerio de Finanzas, Shlomi Heisler, también informó que, dada la gravedad de lo dicho, ordenó suspender la publicidad gubernamental del ministerio en el periódico.
A continuación, los periodistas de Haaretz emitieron una declaración conjunta:
“Nosotros, que cubrimos la guerra y sus resultados, nos oponemos inequívocamente a que los terroristas, sean quienes sean, sean considerados luchadores por la libertad”.
Haaretz es un diario de poca circulación en Israel, porque al final, el lector informado entiende cuándo lee periodismo y cuándo propaganda, exageraciones o mentiras. Fuera de Israel, Haaretz es consultado por la prensa del mundo porque creen en esas mentiras. Haaretz, hasta antes del 7 de octubre, pedía que se le diera trabajo a la gente de Gaza. Esos reclamos junto con los de habitantes de los kibutzim, que exigían paz y cooperación con Gaza, permitieron la entrada a más de 10,000 trabajadores gazatíes, que el 7 de octubre dieron información a quienes masacraron a la población que les ofrecía amistad.
Los periodistas de Haaretz, no pudieron predecir la carnicería. Es tanto su esfuerzo es juzgar al gobierno, a los habitantes de Israel a el deseo de tener un Estado judío en una minúscula porción de tierra, que jamás se le ocurrió analizar, indagar, reportear, la multimillonaria empresa de destrucción que se planeaba en Gaza.
Amos Schoken pasó de periodista a cómplice, al igual que los criminales que portando chaleco de presa, documentaban la masacre del 7 de octubre para los países árabes.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío. Reproducción autorizada con la mención siguiente: @EnlaceJudio
Comunidad Enlace Judío
¿Nuestro periodismo es importante para ti?
¿Confías en Enlace Judío para una cobertura precisa y oportuna en este momento?
En ese caso, únete a la comunidad Enlace.
A partir de $100.00 MXN al mes, podrás:
- Apoyar a nuestros periodistas independientes que trabajan las veinticuatro horas del día
- Ser reconocido como parte de nuestra comunidad una bendición semanal
- Acceso a contenido exclusivo
- Acceso a eventos exclusivos, en caso de haberlos
- Servicio de noticias instantáneas sobre Israel y el mundo judío a tu celular, así como a nuestras transmisiones en vivo.