Hay que recordarlo siempre, Israel no tiene un ejército en forma.Las FDI están compuestas por jóvenes del servicio militar regular, cuyo periodo activo obligatorio es de 3 años. La edad de estos muchachos va de los 18 a los 22 años y en total no llegan a los 200 mil. Después de eso, harán su vida civil, algunos entrarán a la universidad y otros se incorporarán a la vida laboral, se capacitarán para un trabajo específico, otros se aventurarán a emprender y todos seguirán sus vidas como civiles.
Unos cuantos se ofrecerán a participar como miluim o reservistas, que en tiempos normales, les exigirá dos veces al año entrenamiento de una par de semanas dentro de su unidad, hasta los 45 años en que quedarán exentos.
Y ese es el ejército de Israel.
Sólo unos miles son soldados de carrera y los casi 400 mil son ciudadanos de reserva, médicos, abogados, choferes de autobús, agricultores, todos ellos, un día, cuando sea necesario, como lo fue el 7 de octubre, dejarán su vida civil para unirse al ejército.
En el último año miles han visto truncadas sus carreras, han abandonado a la familia, a sus clientes, pacientes y otros han tenido que cerrar el negocio por estar en el frente de batalla.
Durante los últimos días, fue claro el reclamo del ahora ex ministro de defensa Yoav Gallant sobre la cuestión del reclutamiento de ultraortodoxos cuando aclaró que “las FDI necesitan más soldados, regulares y de reserva, de todas partes de la nación. Ésta es una necesidad social, es un deber moral y, sobre todo, es un elemento esencial para la seguridad de Israel”. Ese es un tema a resolver en el corto plazo.
Israel tiene una ventaja excepcional en el combate a distancia, tecnológicamente es muy superior a los agresores, como lo ha demostrado en la contundente respuesta contra Hezbolá. Pero los frentes más difíciles están en las calles, en Gaza y Judea y Samaria, en la guerrilla, porque a pesar de lo que se diga, las fuerzas de seguridad entran a pie a las casas, a barrios a laberintos urbanos, porque se entiende que no todos son criminales y se debe cuidar al máximo a los ciudadanos árabes.
En horas podrían ser devastadas ciudades enteras si se quisiera, pero obviamente ese no es el objetivo
Estos soldados hoy se gradúan y mañana partirán a distintos puntos en conflicto, no llegan a 20 años y sobre sus hombros descansa la seguridad de Israel.
Se enfrentan a criminales que se entrenan 7 x 24 todo el año.
Mírenlos bien ¿Cuántos volverán? ¿En qué condiciones? Para sobrevivir tendrán que matar a gente que jamás han visto, pero que les ofrenda odio en la mirada.
Cómo regresarán sus mentes, sus cuerpos, su energía para seguir viviendo en esta tierra, pequeña, árida, que a muchos incomoda, pero que es su único hogar.
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