Pierre Krahenbuhl, ex Comisionado General de la UNRWA, la organización de las Naciones Unidas para los descendientes de los refugiados árabes de la Guerra de Independencia de Israel, se reunió en repetidas ocasiones con los líderes de Hamás y otras organizaciones terroristas, según muestran los documentos presentados por UN Watch.
En una reunión en Beirut en 2017, Krahenbuhl se reunió con el jefe de relaciones exteriores de Hamás, Ali Baraka, así como con líderes de la Jihad Islámica, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). Krahenbuhl elogió el “espíritu de unidad” entre estas organizaciones terroristas y la UNRWA.
UN Watch señaló que Ali Baraka fue acusado recientemente por EE.UU. junto con otros cinco altos funcionarios de Hamás por “terrorismo, conspiración para asesinar y cargos de evasión de sanciones” relacionados con la masacre del 7 de octubre.
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El funcionario de la Jihad Islámica que asistió a esa reunión fue Abu Imad al-Rifai, líder de la organización en el Líbano, que se jactó de haber enviado terroristas suicidas para atacar a las tropas estadounidenses en Irak en 2003.
Krahenbuhl dijo a los líderes terroristas que el papel de la UNRWA era difundir su narrativa y no simplemente proporcionar ayuda humanitaria, diciendo: “No abandonaremos el papel que se nos ha confiado, ser el testigo histórico de la injusticia que ha caído sobre el pueblo palestino”.
Añadió: “En cuanto al principio de asociación que usted mencionó, y la necesidad de ser proactivos para que sigamos cooperando y no nos tomen por sorpresa, estoy completamente de acuerdo con usted y apoyo firmemente esta perspectiva. También tengo una petición: que el espíritu de colaboración sea mutuo”, según publicación de Arutz Sheva.
Dio a las organizaciones terroristas el poder de veto sobre las decisiones de la UNRWA, diciéndoles: “Si tienen alguna crítica, observación, preocupación o asunto con el que no estén satisfechos en relación con la UNRWA, permítannos volver y reunirnos en reuniones similares, aunque lo hagamos mil veces. Cuestionen nuestras decisiones, dígannos: ‘No estamos de acuerdo con esta decisión y la criticamos’. Podríamos cambiarla o incluso destruirla por completo”.
Krahenbuhl también advirtió a los líderes terroristas que no hicieran público que esta reunión había tenido lugar para proteger la credibilidad de la UNRWA y la financiación de los países donantes.
“Si podemos lograr esto, significa que estamos unidos y nadie puede separarnos”, dijo Krahenbuhl a los líderes terroristas.
El mes pasado, la Knéset israelí aprobó dos leyes que prohíben a la UNRWA operar en Israel y a los funcionarios israelíes cooperar con la UNRWA debido a los vínculos probados de la organización con Hamás.
Israel reveló en enero de este año que el personal de la UNRWA participó en los ataques de Hamás del 7 de octubre. Luego presentó un expediente que mostraba que los trabajadores de la UNRWA que participaron en la masacre de Hamás secuestraron a una mujer, repartieron municiones y tomaron parte activa en la masacre en el Kibutz Be’eri, donde fueron asesinadas 97 personas.
En octubre, las FDI anunciaron que la Fuerza Aérea de Israel atacó y eliminó al terrorista Mohammad Abu Itiwi, un comandante de Nukhba en el Batallón Al Bureij de la Brigada de los Campamentos Centrales de Hamás. Abu Itiwi también ha sido empleado de la UNRWA desde julio de 2022.
El 7 de octubre, Mohammad Abu Itiwi estuvo involucrado en el asesinato y secuestro de civiles israelíes. Abu Itiwi dirigió el ataque asesino contra el refugio antiaéreo de la Ruta 232 en la zona de Re’im, en el sur de Israel.
En septiembre, Sharif Abu al-Amin, un alto funcionario de Hamás en el Líbano y presidente del sindicato de docentes de la UNRWA en ese país, fue eliminado en un ataque aéreo en Tiro.
Tras su mandato como director de la UNRWA, Krahenbuhl se convirtió en el director del Comité Internacional de la Cruz Roja, al que se ha acusado de parcialidad antiisraelí por no haberse reunido con ningún rehén israelí en los 13 meses transcurridos desde la masacre del 7 de octubre y por no haber hecho de la difícil situación de los rehenes israelíes una prioridad.
En febrero, Israel reveló que 440 empleados de la UNRWA eran miembros activos del ala militar de Hamás.
Además, ese mismo mes, se encontró un túnel terrorista de Hamás debajo de la sede principal de la UNRWA en Gaza. Hamás desvió la electricidad de la sede de la UNRWA.
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