Los rebeldes irrumpieron en Alepo, la segunda ciudad más grande de Siria, después de hacer estallar dos coches bomba el viernes y se enfrentaron con las fuerzas del gobierno en el extremo occidental de la ciudad, informó la AP.
Los residentes huyeron de los barrios en el borde de la ciudad debido a los misiles y los disparos, según testigos en Alepo.
El avance de los insurgentes sobre Alepo siguió a una ofensiva de choque que lanzaron el miércoles, cuando miles de combatientes arrasaron aldeas y pueblos en la zona rural del noroeste de Siria.
El ataque sorpresa agregó nueva incertidumbre a una región que ya se tambalea por las guerras duales en Gaza y Líbano con Israel, y otros conflictos, incluida la guerra civil siria sin resolver que comenzó en 2011.
Fue la primera vez que la ciudad ha sido atacada por fuerzas de oposición desde 2016, cuando fueron expulsadas de los barrios orientales de Alepo después de una agotadora campaña militar en la que las fuerzas del gobierno sirio fueron respaldadas por Rusia, Irán y sus grupos aliados.
Pero esta vez no hubo señales de una resistencia significativa por parte de las fuerzas gubernamentales o sus aliados. En cambio, hubo informes de que las fuerzas gubernamentales se están desvaneciendo ante los avances, y los insurgentes han publicado mensajes en las redes sociales, pidiendo a las tropas que se rindan.
La ofensiva se produjo en un momento en que los grupos vinculados con Irán, principalmente el Hezbolá del Líbano, que había respaldado a las fuerzas del gobierno sirio desde 2015, han estado enfocados con Israel.
Un alto el fuego en la guerra de dos meses de Hezbolá con Israel entró en vigor el miércoles, el día en que las facciones de la oposición siria anunciaron su ofensiva. Israel también ha intensificado sus ataques contra Hezbolá y objetivos vinculados con Irán en Siria durante las últimas semanas.
El ataque a Alepo se produjo después de semanas de violencia latente de bajo nivel, incluidos ataques del gobierno en áreas controladas por la oposición.
Turquía, que ha apoyado a los grupos de oposición sirios, fracasó en sus esfuerzos diplomáticos para evitar los ataques del gobierno, que fueron vistos como una violación de un acuerdo de 2019 patrocinado por Rusia, Turquía e Irán para congelar la línea del conflicto.
Los funcionarios de seguridad turcos dijeron el jueves que los grupos de oposición sirios lanzaron inicialmente una ofensiva “limitada” planeada desde hace tiempo hacia Alepo, desde donde se originaron los ataques contra civiles. Sin embargo, la ofensiva se expandió cuando las fuerzas del gobierno sirio comenzaron a retirarse de sus posiciones, dijeron los funcionarios.
El objetivo de la ofensiva era restablecer los límites de la zona de distensión, según los funcionarios turcos.
La batalla de 2016 por Alepo fue un punto de inflexión en la guerra entre las fuerzas del gobierno sirio y los combatientes rebeldes desde que las protestas de 2011 contra el gobierno de Bashar Assad se convirtieron en una guerra total.
Rusia, Irán y sus grupos aliados habían ayudado a las fuerzas del gobierno sirio a recuperar el control de todo Alepo ese año, después de una agotadora campaña militar y un asedio que duró semanas.
Además de respaldar a las fuerzas de la oposición, Turquía también ha establecido una presencia militar en Siria, enviando tropas a partes del noroeste. Por separado y en gran parte en el este de Siria, Estados Unidos ha apoyado a las fuerzas kurdas sirias que luchan contra ISIS.
El gobierno sirio no hizo comentarios sobre la violación de los límites de la ciudad de Alepo por parte de los insurgentes.
Pero el viernes, el Kremlin dijo que considera el ataque como una invasión de la soberanía de Siria y apoya el rápido establecimiento del orden constitucional en la región, dijo el portavoz presidencial ruso, Dmitry Peskov, en una conferencia de prensa.
“Por supuesto, esto es una violación de la soberanía de Siria en esta región”, dijo Peskov.
Añadió: “Instamos a las autoridades sirias a que reafirmen el control y restablezcan el orden constitucional lo antes posible”.
Las Fuerzas Armadas de Siria dijeron en un comunicado el viernes que han estado enfrentándose con los insurgentes en el campo alrededor de Alepo e Idlib, destruyendo drones y armamento pesado. Prometieron repeler el ataque y acusaron a los insurgentes de difundir información falsa sobre sus avances.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un monitor de guerra, dijo que los insurgentes detonaron dos coches bomba en el borde occidental de Alepo el viernes.
Según el Observatorio, los insurgentes también lograron hacerse con el control de Saraqeb, al sur de Alepo, una ciudad estratégicamente ubicada en la intersección de las carreteras que unen Alepo con Damasco y la costa. Las autoridades del gobierno sirio habían desviado el tráfico de esa carretera el jueves.
Un comandante insurgente publicó un mensaje grabado en las redes sociales en el que pedía a los residentes de Alepo que cooperaran con las fuerzas que avanzaban.
La agencia estatal turca Anadolu informó de que los insurgentes de la oposición entraron el viernes en el centro de la ciudad de Alepo. Dijo que los insurgentes “rompieron las líneas de defensa de las fuerzas del régimen a lo largo del eje Hamdaniyya, Nueva Alepo y Zahra, en las afueras de la ciudad”.
Añadió que los insurgentes controlan ahora aproximadamente 70 localidades en las provincias de Alepo e Idlib.
Los medios estatales de Siria informaron el viernes por la mañana de que los proyectiles de los insurgentes cayeron en el alojamiento de estudiantes de la universidad de Alepo en el centro de la ciudad, matando a cuatro personas, incluidos dos estudiantes.
El transporte público también fue desviado de la carretera principal Alepo–Damasco para evitar enfrentamientos, según el informe.
Los avances de esta semana fueron de los más grandes en los últimos años por parte de las facciones de la oposición, lideradas por Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, y representan los combates más intensos en el noroeste de Siria desde 2020, cuando las fuerzas gubernamentales tomaron áreas previamente controladas por las fuerzas de la oposición.
Las Fuerzas Armadas de Siria dijeron que los insurgentes están violando un acuerdo de 2019 que redujo la escalada de los combates en el área, el último bastión restante de la oposición durante años.
El Observatorio Sirio dijo que decenas de combatientes de ambos lados murieron en las batallas que comenzaron el miércoles.
Hezbolá era “la fuerza principal” en el control del gobierno de Alepo, dijo Rami Abdurrahman, director del Observatorio.
En una llamada telefónica con su homólogo sirio, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, describió los ataques insurgentes en Siria “como un complot orquestado por Estados Unidos y el régimen sionista tras la derrota del régimen en Líbano y Palestina“.
La agencia turca Anadolu, informando desde Idlib, dijo que los insurgentes atacaron una base aérea militar al sureste de la ciudad de Alepo con drones la madrugada del viernes, destruyendo un helicóptero.
Dijo que los grupos de la oposición se apoderaron de armas pesadas, depósitos y vehículos militares pertenecientes a las fuerzas gubernamentales durante su avance.
Los grupos de ayuda dijeron que los combates han desplazado a miles de familias y han obligado a suspender algunos servicios. Los combatientes de la oposición dijeron que su ofensiva permitirá el regreso de miles de personas desplazadas que se vieron obligadas a huir de los bombardeos del gobierno en las últimas semanas.
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