Decenas de miembros del personal de las escuelas de la UNRWA en la Franja de Gaza eran miembros activos de las facciones militares de Hamás, y fueron nombrados como combatientes en documentos internos y recibieron armas por parte del grupo terrorista, según un informe del New York Times.
Las fuerzas israelíes se apoderaron de numerosos documentos de las oficinas de Hamás en la Franja que indicaban claramente que al menos 24 administradores y profesores en la nómina de la UNRWA eran operativos de Hamás, según World Israel News.
Varios habitantes de Gaza, hablando de forma anónima, confirmaron al Times que era ampliamente conocido que muchos miembros del personal de la UNRWA estaban afiliados a Hamás o eran miembros activos del grupo terrorista.
Un profesor fue visto a menudo vestido con el uniforme de Hamás después de dejar su puesto en una escuela de la UNRWA.
Un vistazo rápido a los perfiles de redes sociales de muchos de los nombrados en las listas muestra un apoyo abierto a Hamás, incluyendo publicaciones de pancartas de los grupos terroristas.
En 2017, un túnel utilizado por el grupo terrorista Hamás estaba ubicado dentro de una escuela de la UNRWA.
Khaled al-Masri, el director de la escuela, es un agente de Hamás a quien el grupo terrorista le dio una pistola y un rifle de asalto, según el informe del Times.
Pero a pesar de la amplia evidencia de que Hamás se infiltra en las escuelas de la UNRWA, la agencia de la ONU no ha tomado medidas para expulsar a los terroristas de su nómina.
“La ONU no ha podido o no ha querido eliminar de sus filas a los militantes de Hamás y sus partidarios, así como a los de otros grupos terroristas”, dijo al Times James Lindsay, quien se desempeñó como asesor general de la UNRWA hasta 2007.
“Las prácticas de contratación de la UNRWA y la composición de la fuerza laboral de la que la UNRWA extrae a sus empleados me sugieren que las cifras de las que hablan los israelíes probablemente se acerquen bastante a la verdad”.
En una declaración lacónica, el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, afirmó que la organización no tiene los recursos para realizar verificaciones de antecedentes exhaustivas de sus empleados.
También dijo que era “extraordinariamente interesante” que Israel compartiera los documentos con la prensa, en lugar de con la UNRWA.
Lazzarini no reconoció que la UNRWA ha rechazado sistemáticamente las pruebas de terrorismo dentro de la organización, cuando Israel le ha presentado esa información.
Después de que se le mostraran imágenes de empleados de la UNRWA arrojando el cadáver de un israelí asesinado a un vehículo durante el ataque terrorista del 7 de octubre, la organización sólo atinó a decir que algunos de sus empleados “pueden” haber estado involucrados con Hamás.
“La ONU parece decidida a presentar este problema como una cuestión de manzanas podridas, en lugar de reconocer que el árbol está podrido”, dijo Amir Weissbrod, subdirector de organizaciones internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, al Times.
El portavoz de Hamás, Basem Naim, se negó a hacer comentarios sobre el informe.
Aunque los organismos internacionales condenaron la decisión de Israel de prohibir la UNRWA, a pesar del descubrimiento de que algunos miembros de su personal habían participado en la masacre del 7 de octubre y otros estaban al servicio de Hamás, la madre israelí Ayelet Samerano dijo al Telegraph que se alegraba con la noticia.
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