Ilana Gritzewsky: Desde el 7 de octubre, es como si el tiempo se hubiera detenido

Ilana Gritzewsky está luchando contra el tiempo para salvar a su novio, Matán Zangauker del cautiverio de Hamás.

Aunque según los informes, se está avanzando hacia un acuerdo para liberar a los rehenes restantes en fases, es probable que Matán no sea liberado en la primera fase. Ilana está aterrorizada por la posibilidad de que el acuerdo fracase o que su pareja muera en cautiverio antes de ser liberado.

Conoce bien los peligros que enfrenta Matán, quien ayer cumplió 25 años. Ilana fue secuestrada por separado de Matán y liberada en noviembre del año pasado después de 55 días en cautiverio junto con otros 104 rehenes civiles, a cambio de una tregua de una semana y la liberación de cientos de prisioneros de seguridad palestinos. En los trece meses transcurridos desde entonces, las negociaciones se han estancado y no ha logrado otro acuerdo.

“Todos los rehenes deben salir”, dice Gritzewsky en una entrevista con Associated Press. “Si no liberamos a todos los rehenes, a todos los rehenes en cautiverio, morirán”.

“Les prometí a mis amigos del kibutz en los túneles antes de irme a casa. Les dije que haría todo lo que tenga que hacer para sacarlos de ese infierno. Y me pregunto todo el tiempo: ¿Estoy haciendo todo lo que puedo?”.

En el acuerdo que se está negociando, se espera que en la primera fase de seis a ocho semanas sean liberadas principalmente mujeres y personas mayores, pero los familiares están presionando para que todos los rehenes sean liberados a la vez.

Ilana y Matán fueron secuestrados del Kibutz Nir Oz, donde vivían juntos, y luego retenidos por separado en Gaza. Justo antes de ser liberada de un túnel, ella escuchó de otros rehenes que Matán estaba cerca. Suplicó verlo, pero no se lo permitieron.

Hace dos semanas, Hamás publicó un video de Matán, filmado bajo presión, donde describía las difíciles condiciones en Gaza y suplicaba al primer ministro Benjamín Netanyahu llegar a un acuerdo para poner fin a la guerra.

“Hablaba en voz baja, pero sus ojos gritaban pidiendo ayuda”, comenta Ilana.

Aunque fue un alivio ver a Matán, el video no es garantía de que siga vivo hoy, dijo. “No quiero una foto. No quiero un video. Lo quiero aquí. Quiero a todos los rehenes aquí”.

El video le trajo los peores recuerdos de su cautiverio: los interrogatorios en medio de la noche, las condiciones insalubres, la falta de atenci[on médica por las heridas que sufrió durante el secuestro. Tiene la pelvis y la mandíbula rotas y quemaduras en las piernas. También perdió audición en un oído.

“Están sufriendo tortura física, psicológica y emocional, día y noche”, dijo Ilana, quíen lleva un gorro de Matán que rescató de su casa destruida. “Conozco la psicología que utilizan, cómo no tienes agua, cómo no tienes comida, cómo no ves la luz, no sabes qué día ni qué hora es”.

Dice que odia estar frente a las cámaras, contar su historia una y otra vez, reviviendo los peores días de su vida. Sin embargo, lucha constantemente en las protestas por los rehenes frente a la sede de las FDI en Tel Aviv, en la Knéset y en cualquier foro junto con la madre y hermana de Matán, Einav y Natalie Zangauker.

Ilana destaca que no podrá empezar a sanar hasta que Matán y todos los rehenes regresen a casa.

“Desde el 7 de octubre, es como si el tiempo se hubiera detenido. Ves el mundo correr ante tus ojos, pero tu vida está aplastada como pequeños pedazos de polvo”.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío