El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, dijo este jueves que visitó el Monte del Templo por la mañana y rezó allí.
“Subí esta mañana al lugar de nuestro templo sagrado, para rezar por la seguridad de nuestros soldados, el rápido regreso de los rehenes y la victoria total, con la ayuda de Dios”, escribió Ben Gvir en X, con una foto de él mismo caminando en el lugar con la Cúpula de la Roca visible al fondo.
En respuesta al anuncio de Ben Gvir, la Oficina del Primer Ministro emitió rápidamente un comunicado diciendo: “El status quo en el Monte del Templo no ha cambiado”.
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Los cambios en el status quo en el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo y el tercero más sagrado del Islam, evocan fuertes emociones y se citan con frecuencia como una motivación musulmana para la violencia religiosa.
La visita fue condenada por el miembro de la Kneset Mansour Abbas, del partido islamista Ra’am, quien dijo que el ministro de extrema derecha estaba “profanando la santidad de la mezquita de Al-Aqsa”, refiriéndose al lugar de culto musulmán en la cima del monte.
Hamás dio el nombre de “Operación Inundación de Al-Aqsa” a su ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel en el que hombres armados invasores mataron a unas 1.200 personas y tomaron a 251 rehenes, respondió a la visita de Ben Gvir en una declaración en la que instaba a “nuestra nación [los palestinos] a enfrentarse a la ocupación y a intensificar la situación”.
A los judíos no se les permite oficialmente rezar en el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo, que sirvió como punto focal de la vida religiosa en el antiguo Israel, pero la Policía de Israel, que está bajo la jurisdicción del ministerio de Ben Gvir, ha tolerado cada vez más la oración limitada allí.
No estaba claro si Ben Gvir rezaba abiertamente, en lugar de hacerlo en silencio. En el pasado, ha expresado su apoyo a la construcción de una sinagoga en lo alto del Monte del Templo.
El statu quo que gobierna el complejo permite a los musulmanes rezar y, en general, entrar con pocas restricciones, mientras que los no musulmanes, incluidos los judíos, pueden visitarlo sólo durante franjas horarias limitadas y no pueden rezar.
La policía hace la vista gorda y los fieles judíos que en años anteriores habrían sido expulsados por las fuerzas de seguridad israelíes por el mero hecho de pronunciar una oración en silencio también han comenzado a postrarse en el monte.
El miércoles pasado, en una reunión sobre “estudios del Monte del Templo”, la Comisión de Educación de la Knéset pidió que se cambiaran los cursos del sistema de escuelas públicas sobre el lugar sagrado de electivos a obligatorios, pero rechazó la idea de llevar a los estudiantes a visitarlo.
El comité está presidido por el diputado Yosef Taieb del partido ultraortodoxo Shas, que se opone a las visitas de los judíos al Monte del Templo, citando preocupaciones religiosas sobre la pureza ritual.
En la audiencia, el diputado Limor Son Har-Melech, del partido Otzma Yehudit de Ben Gvir, dijo: “En cuarto grado, me cambié a una escuela religiosa y, hasta entonces, no había aprendido nada sobre el Templo. En esta guerra, tenemos que educar a los niños de Israel para que comprendan por qué estamos luchando y cuál es nuestra visión: el Monte del Templo”.
“Agradezco al ministro Ben Gvir por el hecho de que hoy los judíos puedan rezar y postrarse en el Monte del Templo”, agregó Har-Melech.
Ben Gvir ha publicitado múltiples visitas al Monte del Templo desde que asumió el cargo en diciembre de 2022.
Ha dicho repetidamente en los últimos meses que su política es permitir la oración judía allí, lo que ha provocado reprimendas de funcionarios estadounidenses e internacionales, así como advertencias del sistema de seguridad de que la reanudación del conflicto sobre el lugar podría suponer un riesgo para la seguridad nacional.
El ministro de extrema derecha ha rechazado la reiterada insistencia posterior del primer ministro Benjamín Netanyahu de que el statu quo de décadas de antigüedad sigue vigente.
En septiembre, Netanyahu dijo a los ministros que cualquier visita al lugar debía ser coordinada con él con antelación. No estaba claro si Ben Gvir lo había hecho antes de su visita del jueves.
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