Dos adolescentes israelíes cautivos de Hamás fueron forzados a realizar actos sexuales entre sí, y sus captores abusaron sexualmente de ellos, según nuevos detalles de un informe del Ministerio de Salud que se presentará a las Naciones Unidas, informó The Times of Israel.
El testimonio y muchos otros detalles condenatorios están incluidos en un informe que cataloga la angustia física, sexual y mental a la que fueron sometidos los exrehenes, algunos de ellos niños, y los efectos duraderos que ha tenido en ellos.
El informe se presentará esta semana a Alice Edwards, relatora especial de la ONU sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
El reporte, basado en testimonios de rehenes liberados y otros que fueron rescatados por las fuerzas israelíes, detalla cómo fueron quemados y golpeados, privados de comida y humillados, así como el daño a su salud mental y física incluso mucho después de ser liberados.
Sin embargo, los detalles más gráficos incluidos en una copia del informe en hebreo no están en la versión en inglés. No queda claro por qué existe la discrepancia o qué versión se presentara a la ONU.
Ynet citó a una fuente anónima del Ministerio de Salud de Israel que afirmó que la discrepancia fue un “error involuntario que se solucionará antes de que el informe se presente a la ONU”.
Para proteger la identidad de los rehenes, no se incluyeron sus nombres, edades, estatus familiar y género.
Según el informe, los terroristas forzaron a dos menores a realizar actos sexuales entre sí y quitarse la ropa delante de ellos, tocaron sus partes íntimas y azotaron sus genitales.
Los menores informaron que “los mantuvieron atados y los golpearon durante todo su cautiverio. Se encontraron signos de ataduras, cicatrices y marcas de golpes”, dice el informe.
“Además, dos niños pequeños tenían marcas de quemaduras en las extremidades inferiores. Un niño afirmó que las quemaduras se hicieron con un objeto caliente. Tanto el niño como los adultos que estaban con él en cautiverio describieron el incidente especialmente traumático como quemaduras intencionadas, no accidentales”.
El informe indica que algunos rehenes fueron mantenidos durante días en la oscuridad, con manos y pies atados, y recibieron poca comida o agua. Fueron golpeados en todo el cuerpo, y a algunos les arrancaron el cabello.
“Uno de los rehenes liberados describió agresión sexual a punta de pistola por un terrorista de Hamás. En varias ocasiones, los captores obligaron a mujeres de todas las edades a desvestirse mientras otras, incluidos los captores, observaban. Algunas mujeres informaron que los captores las agredieron sexualmente y fueron atadas a camas mientras sus captores las miraban”, dice el informe.
Algunos exrehenes han hablado públicamente. A principios de este año, Amit Soussana relató en una entrevista con The New York Times que fue forzada a realizar un acto sexual con uno de sus captores. Las condiciones fueron “diseñadas para torturar psicológicamente a los rehenes”, aseguró.
Los rehenes liberados relataron a las autoridades que los separaron deliberadamente de otros miembros de su familia secuestrados. En un caso, una mujer fue retenida en completo aislamiento, en la oscuridad, atada, con muy poca agua y comida y sin recibir tratamiento para sus heridas.
“A los rehenes se les negó tratamiento médico por heridas agudas causadas durante el 7 de octubre y posteriormente, por las condiciones crónicas no tratadas”, indica el documento. “Las fracturas, heridas de metralla y quemaduras fueron tratadas inadecuadamente, lo que llevó a complicaciones que requirieron cirugías adicionales, que podrían haberse evitado con la atención adecuada”.
“Los captores torturaron a los heridos mediante procedimientos dolorosos sin anestesia. Muchos rehenes también sufrían de condiciones crónicas no tratadas (por ejemplo, insuficiencia cardíaca, diabetes, hipotiroidismo), lo que llevó a un grave deterioro de su salud a corto plazo. En un caso, un rehén murió por complicaciones médicas no tratadas”, según el informe.
Los cautivos, incluidos niños, fueron obligados a ver videos de las atrocidades del 7 de octubre filmados por los terroristas.
“Los hombres sufrieron graves abusos físicos, que incluyeron hambre continua, palizas, quemaduras con hierro (marcas a fuego), tirones de cabello, confinamiento en habitaciones cerradas con comida y agua limitadas, aislamiento con manos y pies atados y sin acceso al baño, lo que los obligó a defecar sobre sí mismos”.
“El cautiverio está diseñado para torturar psicológicamente a los rehenes, quebrarlos moralmente para controlarlos. Su tiempo en cautiverio estuvo marcado por un intenso trauma: separación familiar, inmovilización, traslados arbitrarios y frecuentes y exposición a violencia”.
Algunos cautivos, dice el documento, “fueron testigos del asesinato de otros cautivos, lo que profundizó aún más su sensación de impotencia y desesperanza”.
“Durante su cautiverio, los rehenes fueron sometidos a menudo a aislamiento, malas condiciones sanitarias, grave negligencia médica, falta de sueño,hambre, abuso sexual, violencia, amenazas y lavado de cerebro a través de medios de comunicación para quebrar su espíritu y hacerlos sumisos”.
Hambruna deliberada y exceso de alimentación antes de la liberación
Según el informe, “aproximadamente la mitad de los rehenes que regresaron describieron haber sido deliberadamente privados de comida durante su cautiverio. Se les dio una dieta deficiente, lo que a menudo los llevó a un hambre que empeoró con el tiempo. Además de una nutrición inadecuada, se los mantuvo en espacios oscuros, lo que aumentó el riesgo de deficiencia de vitamina D”.
Los adultos perdieron de ocho a quince kilos, es decir, entre el 10 y el 17 por ciento de su peso original. Los niños perdieron el 10 por ciento de su peso en promedio, aunque en un caso extremo, una niña llegó a perder hasta el 18 por ciento de su peso.
A medida que se acercaba el acuerdo de alto al fuego el año pasado, los captores dieron a los rehenes más comida y les proporcionaron ropa limpia, en un intento de presentar mejores condiciones de lo que realmente eran.
“Quienes recibieron un exceso de comida antes de regresar a Israel corrían el riesgo de sufrir el síndrome de realimentación y desequilibrios electrolíticos como hipocalemia, hipomagnesemia e hipofosfatemia, sobre todo entre los rehenes de edad avanzada. En casos con antecedentes médicos complejos, estos trastornos electrolíticos pueden poner en peligro la vida”.
Los problemas continúan después del regreso
Incluso después de regresar a casa, algunos adultos y niños sufrieron ansiedad aguda y ataques de pánico, así como cambios bruscos de humor que incluyen depresión extrema, dice el informe.
“Incluso aquellos que parecían fuertes inicialmente mostraron dificultades para adaptarse a la realidad, a veces experimentando episodios disociativos. Algunos sufrieron ansiedad paranoica, temiendo represalias contra sus seres queridos que continúan en cautiverio si hablaban de sus experiencias”.
Algunos tenían dificultades para salir de casa o hablar más allá de un susurro, ya que en cautiverio tenían que permanecer en silencio o susurrar. Algunos no pudieron regresar a sus vidas normales, ya sea en el trabajo o en la escuela.
Los exrehenes han tenido dificultades para dormir. Los niños en particular sufren dolores agudos que no tienen explicación médica. Algunos rehenes padecen trastornos alimentarios y algunos niños esconden la comida.
Algunos informaron de “pesadillas severas y privación del sueño, tratando de evitar que se repitan las pesadillas. Algunos experimentaron desrealización, luchando por aceptar su presencia en el hospital israelí como algo real, pensando que podría ser un sueño en cautiverio. Evitaron todo lo que les recordaba sus experiencias traumáticas, incluidos ciertos alimentos”, dice el informe.
Muchos rehenes que regresaron “sienten miedo, inquietud, desapego emocional y confusión. Algunos tenían miedo de salir de sus habitaciones, incluso en las áreas protegidas del hospital”.
Los médicos y psicólogos que elaboraron el informe señalaron que los rehenes liberados dijeron que no pueden recuperarse por completo mientras saben que todavía hay otros retenidos.
Algunos tienen “culpa del sobreviviente”, mientras sus seres queridos permanecen en cautiverio.
El ministro de Salud, Uriel Buso, dijo la semana pasada que “el informe significativo describe las atrocidades que sufrieron los rehenes y revela al mundo la crueldad de los enemigos con los que estamos tratando”.
“Los testimonios presentados aquí son una llamada de atención al mundo para que ejerza más presión sobre Hamás y sus partidarios para que liberen a todos [los rehenes restantes] ahora”, dijo.
El Foro de Familiares de Rehenes dijo que el informe describe “una cruda realidad del abuso físico y el tormento psicológico” sufrido por los secuestrados y urgió un solo acuerdo “para la liberación inmediata de todos los rehenes”.
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