Esta porción se llama Miketz que puede traducirse como al final.
Yosef ha sido encarcelado injustamente por la difamación de la esposa de Potifar, el ministro del Faraón.
El Faraón pide que se interprete su sueño, en donde siete vacas gordas son tragadas por siete vacas flacas, y otro sueño de siete espigas gordas tragadas por siete espigas delgadas. Sólo Iosef puede hacer la interpretación y aclara que el Don no es de él, sino del Creador, afirma que significan siete años de abundancia que serán seguidos de siete años de hambruna, y aconseja al Faraón encontrar a un hombre sabio para almacenar grano durante los siete años de abundancia.
El Faraón nombra a Iosef como gobernador sobre Egipto. Iosef se casa con Asnat, hija de Potifar, y tienen dos hijos, Menashé y Efraím.
Los sueños, el gran personaje es este apartado.
Hace más de 5 mil años en Mesopotamia se escribieron tablillas sobre la interpretación de los sueños, también los egipcios tenían un tratado sobre ello.
Freud propuso que los sueños son representación simbólica de nuestro inconsciente, nuestros deseos incumplidos. Soñar mientras dormimos es señal de descanso profundo. Investigaciones confirman que ciertos procesos de la memoria sólo se realizan cuando dormimos y los sueños son el resultado de esa activación de la memoria. Es por eso que cuando iniciamos un curso, el estudio de un idioma o un nuevo trabajo, las primeras semanas soñamos en relación con esa nueva experiencia, es señal de que el cerebro está procesando información nueva. También los investigadores afirman que el sueño profundo ayuda al cerebro a sanar experiencias dolorosas. No dormir impide la cura del estrés postraumático.
Pero ¿qué significado tiene soñar con tal o cual cosa? El Talmud tiene quizá el primer tratado precientífico acerca de los sueños, aborda de manera metódica las imágenes que soñamos, sin embargo, los sabios sugieren que lo importante es la interpretación. En la Parashá anterior, Josef soñó que sus hermanos lo reverenciaban ¿no era acaso un reflejo de la relación que vivía Josef con ellos? Quizá le lastimaba el menosprecio, de tal manera, que lo llevó a tener sueños esperanzadores.
Dicen los sabios del Talmud que una persona que tiene un sueño que le preocupa debe pedir al Cielo su anulación y buscar a alguien que lo interprete para bien, como dice la Guemará.
El Faraón tuvo un augurio terrible al soñar; Josef interpretó la mala ventura, pero inmediatamente le sugirió al Faraón los recursos para evitar el problema, el hambre y la catástrofe. Josef modestamente reconoce que el Don de la interpretación no es de él.
Dice el Rabino Jonathan Sacks:
“Los buenos líderes resuelven ellos mismos los problemas o se rodean de personas que los solucionen”.
En resumen aprendemos:
Soñar es síntoma de buen descanso. Date un espacio para soñar. En esta historia, hasta los presos y el ocupado Faraón tienen sueños.
Un sueño recurrente refleja algo de tu realidad, es bueno tomarlo como un mensaje que viene de otro entorno y que amistosamente quiere señalarte algo. Quizá te enojaste con alguien y debas ofrecer disculpas, quizá debes pagar algo, tal vez tienes un examen o asunto difícil y necesitas ayuda, o tal vez debas dejar ir en paz a una situación o persona que es imposible retener.
Identifica el problema. Si vives una circunstancia que enturbia tus pensamientos, construye la solución o busca a las personas que pueden ayudarte a resolver la inquietud.
En pocas palabras, que tus sueños te lleven a despertar.
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