Un ataque aéreo israelí cerca de Damasco alcanzó un almacén de armas y mató a varias personas, informaron medios árabes.
Según los informes, hubo una explosión en la ciudad de Adra, en las afueras orientales de la capital.
Un dron disparó dos misiles contra el almacén ubicado en una zona comercial.
Los primeros informes de los medios de comunicación dijeron que al menos dos personas murieron, aunque ese no fue el saldo final.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que 11 personas murieron, en su mayoría civiles. Dijo que hubo una explosión en un depósito de armas perteneciente al antiguo régimen sirio y que “probablemente fue resultado de un ataque israelí“.
Según el Observatorio, los habitantes sirios de las zonas donde hay almacenes de armas a veces hacen que exploten los contenidos para evitar un ataque aéreo israelí que podría matar a personas en la zona.
Sin embargo, según el observatorio, no se sabía previamente que había un almacén de armas en la zona de Adra donde ocurrió la explosión.
Los analistas de la guerra siria han acusado regularmente al SOHR, dirigido por una sola persona, de informar falsamente y de inflar las cifras de víctimas, así como de inventarlas en masa.
Las Fuerzas de Defensa de Israel no hicieron comentarios de inmediato sobre el supuesto ataque.
Un video no confirmado compartido en las redes sociales supuestamente mostraba las consecuencias del ataque.
El video mostraba un edificio reducido a escombros con varios cuerpos esparcidos entre los escombros.
A principios de diciembre, después de que los rebeldes tomaran el control de Damasco en una ofensiva relámpago, Israel lanzó una importante operación para destruir las capacidades militares estratégicas de Siria, incluidos los sitios de armas químicas, misiles, defensas aéreas, objetivos de la fuerza aérea y la marina, en un intento de evitar que cayeran en manos de elementos hostiles.
En una medida que provocó cierta condena internacional, Israel también entró en una zona de amortiguación patrullada por la ONU en los Altos del Golán.
Israel ha dicho que no se involucrará en el conflicto en Siria y que su toma de la zona de amortiguación establecida en 1974 fue una medida defensiva y temporal hasta que pueda garantizar la seguridad a lo largo de la frontera.
Israel también ha señalado su deseo de tener “vínculos correctos” con el nuevo régimen, como dijo el primer ministro Benjamín Netanyahu a principios de diciembre.
El nuevo líder de facto de Siria, Ahmed al-Sharaa, también conocido por su nombre de guerra Abu Muhammad al-Julani, ha dicho que su nuevo régimen está “comprometido con el acuerdo de 1974 y estamos preparados para devolver a los [monitores] de la ONU”, refiriéndose a las fuerzas de mantenimiento de la paz que custodiaban la zona desmilitarizada junto con las tropas sirias. También ha dicho que no quiere un conflicto con Israel.
Israel y Siria no tienen relaciones diplomáticas y han estado en un estado de guerra permanente desde que Israel declaró su independencia en 1948.
Si bien la caída del régimen de Assad, que se mantuvo en el poder durante más de cinco décadas, podría brindar una oportunidad histórica para el reconocimiento entre Israel y su vecino, el potencial vacío de poder en Siria también podría conducir a un mayor caos y servir como caldo de cultivo para un resurgimiento del terrorismo en la región.
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