Organización cristiano-judía dona millones en esta temporada vacacional

Representantes de la Fraternidad Internacional de Cristianos y Judíos entregan a Rivka Krichevski (credito de la foto: Guy Yechiely, Fraternidad Internacional de Cristianos y Judios)

La Fraternidad Internacional de Cristianos y Judíos (IFCJ) anunció recientemente en un comunicado que distribuiría 26,6 millones de shekels, más del doble de la cantidad de la campaña del año pasado, en un esfuerzo por apoyar a los necesitados de la nación.

“Estamos ahí para ellos”: la Fraternidad Internacional de Cristianos y Judíos duplica la ayuda a 26,6 millones de shekels para los necesitados de Israel en medio de la guerra

Desde el 7 de octubre, la Fraternidad ha distribuido más de 132 millones de dólares para mejorar la seguridad del frente interno civil.

Los principales beneficiarios de la campaña de este año son los ancianos y los pobres, y se utilizarán fondos adicionales para apoyar a los evacuados, las familias de los rehenes y otras personas directamente afectadas por la guerra entre Israel y Hamás.

“Este año es diferente”, dijo la presidenta de la Fraternidad Internacional de Cristianos y Judíos (IFCJ, por sus siglas en inglés), Yael Eckstein. “Con la tensión económica, emocional y psicológica de la guerra, los israelíes necesitan más apoyo. Necesitan saber que estamos ‘ahí’ para ellos, y lo estamos”.

Como parte de la distribución de la IFCJ, más de 20.000 personas mayores en todo el país, junto con cientos de familias de rehenes y familias evacuadas, reciben ayuda financiera que se puede utilizar para comprar alimentos y suministros, según The Jerusalem Post.

Otros 93.000 judíos en la ex Unión Soviética reciben paquetes de alimentos y apoyo para las fiestas, incluidos calentadores y ayuda financiera para las facturas de electricidad.

El impacto

“Los acontecimientos del año pasado me recordaron el miedo que sentí el día en que la mayor parte de mi familia fue asesinada durante la Segunda Guerra Mundial”, dijo Rivka Kritzbesky, una sobreviviente del Holocausto de 85 años.

“Nunca creí que volvería a experimentar tanto odio hacia los judíos, y especialmente no en mi propio país, en mi propia casa”.

Kritzbesky, que vive sola en Afula, está en contacto diario con su hija en Ucrania.

“Extraño mucho a mi hija, y estos sentimientos se hacen más fuertes en el invierno, así que busco formas de sentir calidez y cercanía con ella… En medio de toda la oscuridad de este año pasado, su apoyo llena mi corazón de calidez y la sensación de que me están cuidando”.

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