Israel asumió oficialmente este miércoles la responsabilidad de una misión de comando realizada en septiembre pasado en un centro militar del régimen de Assad para la investigación científica en Masyaf, Siria.
La Unidad Shaldag y la Unidad 669 de la Fuerza Aérea participaron en la misión, que buscaba destruir la instalación subterránea desde cerca.
Las fuerzas llegaron al objetivo rápidamente en helicópteros, que aterrizaron en suelo sirio y descargaron a los comandos Shaldag que detonaron la instalación que fabricaba armamento iraní avanzado y preciso.
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Los comandos sorprendieron a los guardias sirios de la instalación y mataron a varios durante el ataque.
Poco después de la exitosa misión, las fuerzas volvieron a abordar los helicópteros y regresaron a Israel mientras la Fuerza Aérea realizaba ataques aéreos en el área.
La instalación que fue destruida fue construida por Irán, con la ayuda de Hezbolá, dentro de una montaña en Masyaf, lo que la hizo segura de ser atacada desde el aire. La fábrica fue monitoreada por la inteligencia israelí durante cinco años.
El ejército israelí describió así la operación: “Se trata de una de las operaciones de comando más peligrosas y audaces que las FDI han llevado a cabo fuera de las fronteras del país, de forma heroica y con muchos peligros, pero con una planificación cuidadosa por parte de la IAF que condujo a los resultados deseados: la destrucción de las capacidades estratégicas de Irán y Siria a decenas de kilómetros de Israel“.
Masyaf está a 240 kilómetros de la frontera israelí, para ser más precisos.
Unos días después de la operación, fuentes estadounidenses y occidentales confirmaron a The New York Times que Israel estaba detrás de la operación de comando en Siria, sin embargo, recién hoy Israel asumió oficialmente la responsabilidad.
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