El viernes, un equipo negociador israelí de nivel medio mantuvo conversaciones con mediadores qataríes, que también recibieron a representantes de Hamás en Doha para mantener conversaciones paralelas, en un esfuerzo por superar las diferencias entre las partes.
Las conversaciones se habían estancado durante semana y media después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu convocara al equipo negociador en Catar para deliberaciones internas el 25 de diciembre. Desde entonces, el optimismo sobre la posibilidad de un acuerdo antes de la investidura de Donald Trump, el 20 de enero, se desvaneció.
Israel y Hamás siguen en un punto muerto en casi todos los temas, incluida la presencia de las Fuerzas de Defensa de Israel en los corredores Netzarim y Filadelfia, la demanda israelí de deportar a algunos prisioneros de seguridad palestinos liberados en el acuerdo, la frecuencia de liberación de los rehenes y la fecha de para iniciar la segunda etapa del acuerdo.
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Las negociaciones avanzan muy lentamente y aclararán si es posible llegar a un acuerdo en una semana.
“El equipo negociador viajó a Doha para afinar el acuerdo”. “Se pueden superar todas las brechas restantes. Queremos hacerlo y llegar a un acuerdo, y creemos que la otra parte también lo quiere”, dijo un funcionario israelí.
El Primer Ministro Benjamin Netanyahu “quiere un acuerdo, y ahora todo el mundo está esperando principalmente la respuesta de Hamás”, dijo otro funcionario.
Hay un “optimismo cauteloso” de que se pueda llegar a un acuerdo en las próximas semanas, dada la creciente presión sobre Hamás por parte de los mediadores qataríes y egipcios, junto con las amenazas de Trump, de que habrá “un infierno que pagar” si no liberan a los rehenes antes de su investidura.
Uno de los principales puntos de fricción es la negativa de Hamás a entregar una lista de rehenes en la primera fase. Se supone que incluye la liberación de mujeres, hombres mayores de 50 años y hombres menores de 50 en estado médico grave.
Israel dio a Hamás una lista de 34 rehenes para la primera etapa. Si bien Israel asume que algunos no están vivos, “el objetivo es liberar a la mayor cantidad posible de rehenes vivos de esa lista”.
Según Hamás, un tercio de esa lista son hombres menores de 50 años, a los que considera soldados, y por lo tanto exige a cambio un número mayor de prisioneros de seguridad, incluidos los que asesinaron a israelíes.
Israel ha preparado una lista de cientos de prisioneros de seguridad palestinos dispuesto a liberar si se llega a un acuerdo, pero el número preciso y sus identidades se determinarán en función de los rehenes que Hamás esté dispuesto a liberar.
En una declaración, Hamás dijo que la actual ronda de conversaciones en Doha se “centrará en garantizar que el acuerdo conduzca a un cese completo de hostilidades [y] a la retirada de la Franja de las fuerzas de ocupación”. Netanyahu se niega a comprometerse al fin definitivo de la guerra y afirma que la lucha se reanudará hasta destruir las capacidades de gobierno militar y civil de Hamás.
El alto funcionario de Hamás, Basem Naim, dijo en un comunicado que el grupo terrorista tiene la intención seria de alcanzar un acuerdo lo antes posible.
Antes de partir la delegación, compuesta por representantes de las Fuerzas de Defensa de Israel, el Mossad y la agencia de seguridad Shin Bet, Netanyahu celebró una conferencia con altos funcionarios de seguridad para discutir el alcance del mandato del grupo en Catar.
El mandato aprobado por Netanyahu no era tan amplio como solicitaron los negociadores pero sí lo suficientemente amplio como para que se hicieran más progresos, informó el viernes el Canal 12.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, elogió la decisión de Netanyahu de enviar el equipo negociador y calificó la medida como “un paso alentador”.
El coordinador de comunicaciones estrategicas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, habla durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca en Washington, EE. UU., el 28 de noviembre de 2022. (REUTERS/Kevin Lamarque)
Si bien Kirby enfatizó que un acuerdo “es urgente y posible”, reconoció que no hubo ningún avance que informar.
Volvió a poner la responsabilidad en manos de Hamás para poner fin a la guerra aceptando un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes.
Posibles restricciones a la ayuda a Gaza
El Canal 12 informó el viernes que Israel está considerando restringir significativamente la ayuda humanitaria que entra en Gaza cuando Trump asuma el cargo el 20 de enero.
La medida tiene como objetivo desmantelar las capacidades de gobierno de Hamás en Gaza, que ha podido mantener después de casi 15 meses de guerra controlando gran parte de la ayuda humanitaria que entra en la Franja.
Una fotografia tomada durante una gira organizada por las FDI muestra a un trabajador palestino descargando ayuda humanitaria para la Franja de Gaza de un camion cerca del cruce de Kerem Shalom el 28 de noviembre de 2024 (Jack Guez / AFP) (archivo)
Se sabe que los combatientes de Hamás cobran tarifas a cambio de la liberación de convoyes de ayuda a su entrada en Gaza.
Para empezar, solo está entrando en Gaza una cantidad limitada de ayuda, y un mayor desvío probablemente exacerbaría la actual crisis humanitaria.
La presión militar contra Hamás sin la presentación de una alternativa viable a su gobierno permitirá al grupo terrorista llenar cualquier vacío creado temporalmente por las operaciones de las Fuerzas de Defensa de Israel, dice el estamento militar a Netanyahu.
Netanyahu se niega a conceder a la Autoridad Palestina un punto de apoyo en Gaza para sustituir a Hamás, a pesar de los gestos de los aliados árabes que han ofrecido ayudar en la reconstrucción y estabilización de la Franja tras la guerra a cambio.
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