Grupos de ex altos funcionarios de defensa y reservistas activos han instado al ex ministro de Defensa Yoav Gallant a no abandonar la arena política, particularmente ahora que la coalición avanza con la ley de reclutamiento, que se espera que otorgue amplias exenciones para los jóvenes haredíes.
Fuentes cercanas a Gallant indican que se está volviendo más consciente de las complejidades de la situación y que la presión sobre él está aumentando. La coalición está preocupada por la posibilidad de que Gallant opte por quedarse en la Knéset, especialmente porque ha dejado de apoyar los votos de la coalición desde su destitución como ministro de Defensa. Si dimitiera, la coalición recuperaría un voto crucial del que ha carecido durante los últimos dos meses.
Gallant presentó su carta de dimisión a Ohana el miércoles 1 de enero a las 21:30 horas. Su dimisión entrará en vigor el domingo a las 10:00 horas, después del fin de semana, lo que le da dos días para reconsiderar y posiblemente retractarse de su dimisión.
A principios de esta semana, Gallant anunció su dimisión después de 45 años de servicio público, incluidos 35 años en las Fuerzas de Defensa de Israel. En su declaración, Gallant enfatizó: “El camino del Likud es mi camino”, reafirmando su compromiso con el partido y su intención de seguir siendo un miembro activo. También destacó los logros del establishment de defensa bajo su liderazgo, incluidas las importantes interrupciones en las capacidades de producción de misiles de Irán, y destacó el papel fundamental de la cooperación entre Estados Unidos e Israel para lograr los objetivos estratégicos de Israel.
Gallant también abordó la polémica cuestión del reclutamiento haredí, explicando que su postura se debía a preocupaciones de seguridad nacional y no solo a consideraciones sociales. Reiteró su apoyo a las víctimas de la guerra y se comprometió a seguir abogando por el regreso de los rehenes.
Reacciones encontradas sobre la renuncia de Gallant
Su declaración provocó reacciones encontradas. El líder del Partido de Unidad Nacional, Benny Gantz, elogió las contribuciones de Gallant a la seguridad de Israel, pero lo instó a permanecer en la Knéset y oponerse al proyecto de ley de reclutamiento, argumentando que socavaría las necesidades operativas de las Fuerzas de Defensa de Israel. Mientras tanto, algunos miembros de la coalición pidieron medidas disciplinarias contra Gallant, en particular después de su ausencia durante una votación clave sobre la legislación fiscal, y algunos exigieron que se lo etiquetara formalmente como desertor.
La destitución de Gallant por parte del primer ministro Benjamin Netanyahu hace dos meses siguió a las disputas en curso entre ambos, principalmente sobre el manejo del conflicto de Gaza y otros asuntos de seguridad.