Rudolf Hess, quien fue segundo al mando durante la primera etapa del Tercer Reich y estrecho colaborador de Adolf Hitler, murió el 17 de agosto de 1987 en la prisión de Spandau, en Alemania, a los 93 años de edad, tras haber estado recluido durante más de 40 años.
Hess había sido arrestado en 1941 después de su famoso vuelo a Escocia, donde intentó negociar una paz separada entre la Alemania nazi y el Reino Unido, sin el consentimiento de Hitler.
Este acto de desobediencia lo llevó a ser arrestado y, posteriormente, condenado a cadena perpetua en los Juicios de Nuremberg por su participación en los crímenes del régimen nazi.
Durante su encarcelamiento, Hess fue mantenido en relativo aislamiento, siendo el único prisionero en Spandau tras la liberación de otros oficiales nazis.
La versión oficial de su muerte sostiene que Rudolf Hess se suicidó ahorcándose con un cable de teléfono en su celda. Sin embargo, las circunstancias de su fallecimiento han dado pie a numerosas teorías de conspiración, ya que se produjo en una prisión bajo vigilancia constante.
Algunos sostienen que su muerte fue demasiado conveniente para ser un suicidio, especialmente debido a que Hess había mostrado señales de salud relativamente buenas en los años previos y no había expresado intenciones claras de quitarse la vida. Aunado a ello, su muerte ocurrió solo unos días antes de que se redujera la vigilancia en su caso, lo que ha alimentado aún más las sospechas sobre un posible asesinato.
El presente video realizado por la periodista Nadia Cattan indaga sobre los últimos años de uno de los nazis más importantes: Rudolf Hess.
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