El argentino “Quilombo” debe ser la palabra en español que mejor traduce el término hebreo. Se refiere a un estallido repentino del caos; un momento en el que una situación se ha salido de control y nadie se encuentra seguro sobre la escena. “Fauda”, dicen in Israel.
Porque si bien las FDI suelen estudiar el terreno y preparar sus operativos con precisión quirúrgica, siempre hay espacio para el caos cuando un ejército se infiltra en terreno enemigo. Sobre todo en escenarios urbanos, llenos de civiles y militares vestidos de civiles, todos hostiles a los invasores.
Mista’arvim, así se le conoce en Israel a las unidades especiales de las FDI que tienen como propósito infiltrarse tras las líneas enemigas. Para hacerlo, sus miembros se disfrazan de árabes.
Si la zona en la que entrarán está mayoritariamente poblada por mujeres, se visten de mujeres. Si deben camuflarse entre estudiantes, se cuelgan las mochilas al hombro, e incluso pueden vestirse como médicos y enfermeras para pasar desapercibidos.
Una de estas unidades, la primera, de hecho, fue la Unidad Shimshon (Sansón), fundada en 1986 y que se extinguió al firmarse los Acuerdos de Oslo, pero que sirvió como inspiración para crear la serie de televisión Fauda.
Aunque el grupo ya no existe, cuenta con un centro educativo en donde, además de explicarle al público cuáles eran sus antiguas funciones, y de motivar a los jóvenes para ingresar a las filas de las FDI, se rinde homenaje a algunos de sus miembros caídos en acción.
Moderchai “Moti” Barsheshet y Doron Derzi son dos de ellos. Escuchamos sus historias en boca de uno de los exmiembros del grupo, quien ahora se ofrece como voluntario en este centro para educar sobre la importancia de este tipo de unidades. Enlace Judío escuchó el relato en oídos de Diego Sciretta, y te lo ofrecemos en exclusiva, en los videos que acompañan a esta nota.
Del primero nos enteramos que resistió durante horas el asedio de una multitud, con graves heridas en su espalda, y que terminó sus días en una silla de ruedas, mientras que del segundo nos cuentan que, en un acto heroico, salvó la vida de varios de sus compañeros, que habían asistido a una redada contra un terrorista y fueron sorprendidos por el fuego enemigo, y que murió en el lugar.
Historias como las suyas inspiraron a los creadores de la serie Fauda, aclamada y vista en todo el mundo, que retrata la vida de un batallón de las FDI que debe infiltrarse en territorio palestino para luchar contra los grupos terroristas que operan ahí.
Para formar parte de este tipo de unidades, nos explican sus antiguos miembros, es necesario cursar un entrenamiento muy exigente, que incluye cada aspecto del combate.
Navegación, uso de armas tácticas, krav magá, comunicaciones y muchas otras especialidades deben aprender los miembros de unidades como el Shimshon a lo largo de año y medio de entrenamiento. El objetivo es que, si se arma un quilombo, una Fauda, puedan resistir a la embestida de cientos o hasta miles de personas hostiles que los señalarán, les arrojarán piedras o les dispararán con armas largas mientras ellos buscan la salida.
Los veteranos de la unidad siguen usando ropa militar y portan un arma corta a la cintura.
“Somos más peligrosos ahora”, dice uno de ellos con orgullo, cabello canoso y barba de un par de días, y aunque su expresión es apacible, le creemos.
También explica que ahora, cuando las operaciones especiales son realizadas por otros batallones, su trabajo consiste en recibir a grupos de jóvenes que están cerca de ser llamados al servicio militar obligatorio.
Muchos de ellos, nos cuentan, se integran a las unidades “más top” de las FDI, inspirados por las historias que han escuchado en este centro, donde los héroes tienen un nombre y una fotografía en la pared.
Un lugar que, dicen los veteranos, tiene la finalidad de dar esperanza y visión para el futuro.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío