Es el discreto murmullo, aún no grito, que en estos días escapa desde el santuario jerosolimitano de Benjamín Netanyahu después de su jubiloso encuentro con Trump.
Su actitud hasta aquí mesurada respecto al gradual retorno de los rehenes en brazos del Hamás puede sustancialmente cambiar cuando la alta posibilidad de ampliar todas las fronteras de Israel no es ya fantasía cuasi mesiánica que un exaltado rabino propició medio siglo atrás.
Muy pocas semanas en su elevado cargo en la Casa Blanca, su alto residente dio a conocer sus intenciones no solo en Europa, con particular atención a Ucrania, y en las fronteras con México.
Exige también el rápido retorno de los israelíes hoy en brazos del Hamás, acción que será acompañado por la obligada dispersión de dos millones de gazatíes en países árabes y el impulso de una Riviera en la costa mediterránea.
En estas circunstancias y merced a la cuasi divina intervención de un enérgico líder, el mandato y las exigencias del renacido rabino Kahana conocen hoy cuasi divina realidad.
Por añadidura, en esta nueva constelación el Medio Oriente y nuestro país conocerán paz y prosperidad bajo el noble liderazgo de Washington.
Escenario que satisface la visión de un Bezalel Smotrich, quien en sus años adolescentes convivió en Gaza con ambiciosos colonos hasta que, en el inicio del siglo, el torcido Ariel Sharón resolvió devolverlo a Israel.
Ciertamente, la naciente Riviera mediterránea no excluirá el control israelí de territorios palestinos en Judea y Samaria, donde una población árabe aún pretende prolongar su larga estancia.
Incluso Irán, consciente de sus debilidades y malformación, conocerá nuevos tiempos bajo el ilustre mandato de Washington.
Tomará impulso así la aspiración kahanista por obra de un noble goy (gentil).
Los hechos y logros en el presente probarán la sabiduría de su predicamento.
De momento, Netanyahu oscila entre el retorno de todos los rehenes en brazos del Hamás y el reinicio de operaciones militares que habrán de ampliar las ruinas de Gaza y, tal vez, el ágil alcance del ensueño de Trump.
Cabe sin embargo anticipar que por convicción ideológica o por anticipar un desastre, las debilitadas fuerzas del Hamás pueden elegir una desesperada actitud a expensas de la vida de los rehenes.
Y ninguna de estas decisiones cambiará el anhelo de Bibi de prolongar su poder y cambiar radicalmente el juego de fuerzas en el Medio Oriente.
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