En un giro importante en el conflicto sirio, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció que Israel intervendría en caso de que los drusos en Siria fueran atacados, lo que ha generado una ola de especulaciones sobre la creación de un Estado druso en los montes de Siria.
Este anuncio no sólo resalta las complejidades de la situación en Siria, sino que también pone de relieve las relaciones entre Israel y los drusos en la región.
Gabriel Ben Tasgal explica la situación vigente:
La situación en Siria es intrincada: la población está compuesta por alauitas (11-13%), cristianos (10%) y drusos (10%). Estos tres grupos han sido aliados del régimen de Bashar al-Assad, enfrentándose a la oposición de la mayoría musulmana sunita, que en su momento incluyó a grupos como Jabhat al-Nusra e ISIS. La guerra civil siria dejó a los drusos entre la espada y la pared, especialmente cuando comenzaron a considerar distanciarse de Assad, temerosos de las represalias del gobierno islamista sunita.
Al mismo tiempo, los drusos del Golán, que tienen lazos familiares cercanos con los drusos de Siria, han comenzado a mostrar un creciente apoyo al Estado israelí. Este cambio de actitud es significativo, ya que en el pasado, los drusos del Golán se resistían a recibir la ciudadanía israelí por temor a que la eventual firma de un acuerdo de paz entre Israel y Siria condujera a la devolución de los Altos del Golán a Siria. Sin embargo, en los últimos meses, se ha visto un aumento en las solicitudes de ciudadanía israelí por parte de estas comunidades, que ahora se sienten más alineadas con Israel, especialmente después de varios ataques de Hezbolá chiíta que han amenazado a los drusos.
Durante la guerra en Siria, Israel adoptó una política de “buena vecindad”, proporcionando atención médica tanto a combatientes de ISIS como a aquellos del régimen de Assad, buscando mantener una posición neutral y evitar conflictos directos. Sin embargo, la situación comenzó a cambiar cuando los drusos del Golán, que no eran ciudadanos israelíes, atacaron ambulancias israelíes que trasladaban a combatientes de ISIS, debido a la hostilidad de este grupo hacia la comunidad drusa.
Este panorama ha dado pie a una nueva dinámica: Israel ha comenzado a fortalecer su apoyo a los drusos, especialmente a aquellos que han demostrado lealtad al Estado israelí.
Esta postura no sólo busca debilitar al régimen de Damasco, sino también proteger a una minoría drusa que ha mostrado una creciente fidelidad a Israel, especialmente tras los recientes ataques de Hezbolá que dejaron víctimas entre la juventud drusa.
Aunque no es un movimiento homogéneo, la diferenciación entre los drusos del Golán y los de la Galilea en Israel es clave. La política israelí parece estar enfocada en una visión de futuro, en la que las tensiones entre Israel y el nuevo gobierno de Damasco, que ahora está influenciado por elementos como Al-Qaeda, podrían intensificarse.
De este modo, Israel no sólo refuerza su apoyo a los drusos, sino que también mueve piezas estratégicas en el complicado tablero geopolítico de la región.
Este desarrollo pone de manifiesto las complejidades de la guerra siria, las tensiones étnicas y religiosas, y el papel crucial que juegan las comunidades minoritarias como los drusos, que, a pesar de estar atrapados en el conflicto, buscan proteger sus intereses y asegurar su futuro en un contexto regional volátil.
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