A los 7 años, Modi Rosenfeld emigró con sus padres desde Israel a Nueva York para integrarse a la enorme comunidad judía de esa ciudad, sin saber que, muchos años después, esa comunidad se volvería también su principal audiencia, cuando cambiara su carrera en la banca de inversión por el stand-up comedy.
Al principio, Rosenfeld era el típico oficinista chistoso que hacía reír a las secretarias, pero un día, un amigo le inoculó la idea de hacer lo mismo en un escenario.
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“Poco a poco se fue desarrollando mi voz”, confiesa, “una voz muy judía”.
Es difícil hacer humor sobre judíos si no se es judío. Habría que comprender muchas cosas, muchos aspectos de la cultura, la idiosincracia y el humor de un pueblo más bien desconocido para el resto del mundo. Quizá por eso el egresado de la Universidad de Boston eligió a los suyos como público principal.
Ahora, Modi se encuentra en México. Ha sido convocado por Yad Rajamim para presentarse ante 900 personas de la comunidad judía de México en el Colegio Monte Sinaí. Se dice impresionado por la unidad de la comunidad y el desarrollo de la zona en la que esta vive mayoritariamente.
Visita México como parte de un extenso tour que lo llevará hasta Varsovia.
“Estoy emocionado de ir a hacer comedia a un sitio donde tantos judíos fueron destruidos. Nosotros sobrevivimos. Si vas a Polonia no hay nazis, hay judíos. Es una forma de decirles: ‘nosotros seguimos aquí’.”
Y no es que se ría de la muerte, como supuestamente hacen los mexicanos, sino que “me río de las cosas que la rodean”. Modi ejemplifica con un segmento de uno de sus show más famosos, “Conoce a tu audiencia”, en el que hace innumerables chistes sobre lo que ocurre en una Shive. “La gente hace las preguntas más estúpidas en una Shive”, ironiza:
—¿Dónde le dio cáncer?
—En Brooklyn
Una pausa para reír
El 7 de octubre, Modi estaba en Israel ofreciendo una serie de shows por Sucot. Dos días después ya había llegado a París para seguir con su gira, porque “tienes que darle a la gente una pausa para reír”. Así se llama su gira actual, que lo trae a la Ciudad de México, donde Enlace Judío tiene algunos minutos para conversar con él.
Durante sus shows, “les doy una hora y 10 minutos para pensar en cosas divertidas y al final canto el Hatikva. Canto el himno nacional israelí para recordarles a todos dónde están nuestras oraciones, nuestros pensamientos y nuestros corazones”.
Hatikva significa “esperanza”. Pero, estando las cosas como están, ¿hay esperanza? “¡Claro! Eso es lo que los judíos hacemos. Creemos que las cosas van a mejorar y que será increíble. El mesías, la energía mesiánica… tienes que vivir así. De otra manera, ¿para qué vivir?”
Quizá por que es ese optimismo desbordado el que lo guía, Modi ha logrado hacer un tipo de comedia que no le causa problemas, incluso en esta época en la que tantos comediantes han sido cancelados por sus chistes políticamente incorrectos.
“La cultura de la cancelación no me ha afectado. No insulto a la gente tan directamente. Y si me cancelan, ese es su problema. Pero muchos otros comediantes sí pasan por situaciones de cancelación… Yo siempre trato de ser… Puedes ser chistoso sin lastimar a la gente”.
¿Por qué es el judaísmo tan gracioso?, le preguntamos, y Modi responde con absoluta seriedad. Tanta, que parece un chiste: “No lo es. Tienes que hacerlo divertido. ¿Cómo? Tienes que encontrar lo cómico en cada situación, como ir a una Shive, las preguntas que hace la gente a quienes están sentados…”
En breve, una multitud de judíos mexicanos recibirá a Modi con entusiasmo para reírse de sí mismos, de los rasgos de sí mismos y de los suyos que descubrirá en cada parodia y en cada chiste del israelí-estadounidense.
¿Por que los judíos nos reímos de nosotros mismos? “Nos gusta vernos a nosotros mismos bajo una luz diferente. En la manera diferente de pensar en las cosas”.
En uno de sus shows, Modi afirma: “Soy un profesional de hacer comedia donde no se supone que debería de hacerse”. Esta noche, ese lugar es un colegio y él será recibido como un héroe.
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