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sábado 22 de marzo de 2025

Rab Yosef Bitton / El rabino Hayim Carigal y el escudo de la universidad de Yale

Los primeros judíos que llegaron a los Estados Unidos en los tiempos coloniales eran sefaradim, de origen español o portugués, que habían escapado de Recife, Brasil, donde habían sido atacados por la Inquisición portuguesa. En septiembre de 1654, un grupo de unos 25 refugiados judíos llegó al puerto de New York, que en ese entonces se llamaba New Amsterdam. Con el tiempo, se formaron otras comunidades en las colonias americanas. La más importante de estas comunidades en el siglo XVIII se estableció en la ciudad de Newport, Rhode Island.

La comunidad de Newport floreció de la mano del líder comunitario Aarón Lopez. Lopez llegó a Newport en 1752 desde Lisboa, con el nombre de Don Duarte Lopez. Por 150 años, sus ancestros habían vivido en Portugal como “marranos”, es decir, simulando que eran católicos para escapar de la Inquisición, que prohibía la práctica de la religión judía. Lopez se convirtió en un empresario importantísimo y muy próspero, llegando a poseer su propia flota de 80 barcos mercantes.

El Rabino Hayim Rafael Carigal (o Karigal) nació en 1732 en la antigua comunidad sefaradí de Jebrón. Estudió en la Yeshibá de Jebrón, fundada y mantenida por el mecenas Abraham Israel Pereira, de Amsterdam. Era un alumno prodigioso y recibió la semijá rabínica a la temprana edad de 17 años. La comunidad judía de Israel, si bien era el centro espiritual de los judíos de todo el mundo, era muy pobre y necesitaba el apoyo permanente de los judíos de la diáspora. El Rab Carigal fue designado por sus colegas como shaliaj derabanán, un representante de los rabinos, para recaudar fondos en apoyo a los Yehudim de Israel. En ese entonces, los rabinos que salían en esta misión eran cuidadosamente elegidos, especialmente en base a su erudición. Se seleccionaban a los más sabios, ya que no solo se esperaba de ellos que reunieran fondos para Israel, sino también que pudieran enseñar Torá a los judíos de la diáspora y responder todas sus dudas.

En 1773 llegó a Newport, Rhode Island, donde fue recibido y hospedado por el Sr. Aarón Lopez, quien afirmó que el Rab Carigal era el judío más erudito que alguna vez haya llegado a las Américas.

El pastor Ezra Stiles (1727 –1795) era un ministro protestante, amigo de Aarón Lopez. Stiles amaba y admiraba fervientemente todo lo relacionado con el judaísmo, especialmente la lengua hebrea. Decía que sin un sólido dominio del hebreo era imposible entender la Biblia.

Cuando Stiles se enteró de la llegada del rabino Carigal a Newport, se dirigió a la sinagoga «Touro» y asistió a su sermón. Según relata en su diario, era el día de Shabuot, el 28 de mayo de 1773. El Rab Carigal, como era costumbre en las comunidades sefardíes, pronunciaba su sermón en ladino, intercalando algunas palabras en hebreo.

“Tiene el aspecto de un hombre ingenioso y sensato, erudito y verdaderamente modesto, mucho más de lo que he visto en cualquier judío”, escribió Stiles.

Aunque los judíos estaban en el exilio, el rabino Carigal aseguró que: “Dios no los había rechazado. Todas las antiguas naciones que habían sido instrumentos de Dios para castigarlos ya habían desaparecido. Ahora, si los judíos mostraban contrición, experimentarían la misericordia de Dios, serían restaurados a la Tierra Santa y el Templo sería reconstruido.”

Puesto que Shabuot es la festividad de la entrega de la Torá, el sermón enfatizó la necesidad del estudio en el hogar y la sinagoga. Carigal concluyó con la esperanza de que, con el tiempo, el mundo entero aceptaría el monoteísmo ético del judaísmo y que “el Mesías podría aparecer en cualquier momento, probablemente en los próximos 40 años”.

Stiles escribió también que, durante los servicios de Purim:

“Vi al rabino Carigal, que calculo tenía unos 45 años, llegado de la ciudad de Jebrón, la Cueva de Majpelá en la Tierra Santa. Fue una de las dos personas que se colocaron junto al jazán en la bimá mientras se leía el Libro de Ester. Llevaba una túnica roja con los habituales tefilín y vestimentas, una sobrepelliz de seda blanca; usaba un alto gorro de piel marrón y tenía una larga barba”.

Stiles quedó fascinado con la personalidad y la erudición del rabino y le pidió reunirse con él. Se encontraron en 28 ocasiones, y Stiles se convirtió en uno de sus grandes admiradores. Le hizo muchas preguntas acerca de la religión judía y la lengua hebrea, registrando cuidadosamente todas las respuestas que recibió. Esos escritos y una colección de cartas en hebreo entre Stiles y el Rab Carigal se encuentran en los archivos de la Universidad de Yale.

Antes de su partida de Newport, Stiles encargó hacer un retrato del Rab Carigal.

Stiles se encontraba con Carigal con el propósito de aprender la pronunciación del hebreo, esclarecer el significado de términos ambiguos en el Antiguo Testamento en su idioma original, conversar sobre eventos históricos relacionados con este pueblo extraordinario registrados en la historia sagrada y explorar su destino y su futuro a la luz de las profecías bíblicas.

Ezra Stiles es famoso por haber sido el séptimo presidente de la universidad de Yale College, cargo que ocupó desde 1778 hasta 1795. Stiles estableció que todos los alumnos de Yale debían cursar obligatoriamente durante el primer año en la universidad un curso de lengua hebrea. Insistía en que sus estudiantes aprendieran los Salmos en hebreo y les decía:

“Cuando lleguen al cielo, escucharán los Salmos en su idioma original. Como su maestro, sería muy vergonzoso para mí que ustedes no pudieran entender lo que cantan los ángeles”.

Y si bien esta devoción por la lengua hebrea ya no persiste en esa universidad, todavía queda mucho en Yale de lo que el Rab Carigal enseñó a Ezra Stiles. Entre otras cosas, el emblemático escudo de la Universidad de Yale, que lleva las palabras hebreas URIM VETUMIM, mencionadas en la Parasha Tetsavé.

Después de cinco meses en Newport, Carigal viajó a Surinam y luego a Barbados, donde en 1774 se convirtió en rabino de la congregación. Mantuvo correspondencia con Stiles en hebreo hasta su fallecimiento en 1777.

Su legado quedó inmortalizado cuando Stiles, como presidente de Yale, colocó su retrato en la biblioteca de la universidad en 1781.