Es imposible —e incluso desaconsejable— no pensar en el dinero cuando uno carece de lo esencial: comida, calor, techo para protegerse de la lluvia o acceso a medicinas.
Pero ¿qué ocurre cuando una persona ya tiene cubiertas sus necesidades básicas y aun así no puede dejar de pensar en el dinero?
La mayoría de las personas que leen estas líneas en sus computadoras o teléfonos viven en una sociedad históricamente privilegiada, como lo describe “Superabundancia“, un libro de lectura obligatoria para apreciar que vivimos en una realidad increíblemente generosa.
En tiempos de superabundancia, nuestra relación con lo material puede volverse complicada. Si sufrimos del síndrome del rey Ajashverosh, nos resultará imposible sentirnos satisfechos, incluso cuando no nos falte nada. Conscientemente o no, tener más —y mostrar que tenemos más que nuestro prójimo— se normaliza como necesidad o adicción.
Nos hemos acostumbrado tanto a esta mentalidad de acumulación que se ha vuelto parte de nuestro estilo de vida. Y aun cuando deseamos desconectarnos mentalmente del trabajo y del dinero, a menudo nos resulta imposible hacerlo.
Nuestra Parashá, Vayaqhel, aborda este tema de manera sutil pero inconfundible. El versículo que introduce el Shabbat se parece al de los Diez Mandamientos que dice “Durante seis días trabajarás…” (ta’ase melajá).
Pero nuestra Parashá introduce una diferencia sutil y hermosa: al modificar apenas una vocal, el texto pasa a la voz pasiva: “Durante seis días tu trabajo será hecho ” (te’ase melajá) —como diciendo: lo considerarás hecho, terminado, completado, ¡no hay nada más que hacer! Al entrar en el modo Shabbat, debes asumir y sentir que tu trabajo ya fue realizado—y dejar de pensar en él.
Abstenerse de la preocupación financiera es una de las formas más elevadas de espiritualidad: la capacidad de enfocarse en lo que trasciende este mundo y sobrevive a la vida terrenal. Como escribe Borges en Siete Noches, después de nuestros 120 años en este mundo, una de las experiencias más dolorosas que nos puede esperar en el Mundo venidero será extrañar nuestras necesidades materiales. Por eso debemos entrenarnos y aprender a desconectarnos mentalmente del trabajo y del dinero, al menos durante un día a la semana, Shabbat, que es una simulación del Mundo por Venir.