Bashar el Assad no es alguien que se caracterice por su sensatez. De hecho, como presidente ha sido bastante pésimo, incluso peor que su padre Hafez el Assad.
Son los palestinos los que siguen apostando todo su capital político a ese elefante de juguete, inmenso pero inútil.
EDUARDO BAUTISTA Su rostro angelical no correspondía con sus intenciones. Detrás de sus ojos azules se escondía la Europa más sombría y aterradora. “Durant...